'El Rapto de Bunny Lake', viviendo la pesadilla

'El Rapto de Bunny Lake', viviendo la pesadilla
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Creo que la palabra que mejor define 'El Rapto de Bunny Lake' es inquietante. Desde que comienza, con esos magníficos títulos de crédito de Saul Bass (plagiados en la efectiva pero muy sobrevalorada 'El Orfanato'), la película de Otto Preminger atrapa nuestra atención y casi nos mantiene sin respiración, como si estuviéramos sentados realmente frente a lo que ocurre y al movernos fuésemos a interrumpir la acción. No estamos ante un film de terror pero lo que se cuenta en ella y, sobre todo, cómo está contado, tiene un aire de pesadilla ciertamente perturbador.

Resulta extraordinaria la forma en que se va agobiando a la protagonista, con esa atmósfera irreal, más propia de otro mundo, o quizá de otra forma de ver/vivir en este mundo. En lugar de atemorizar con el cansino recurso de un asesino psicópata que acuchilla jovencitas o el no menos absurdo de un ser maligno que destroza seres humanos, Preminger nos deja paralizados con un terror cotidiano, el que se deriva de perder a un ser querido en un mundo egoísta, que sólo mira por lo suyo. Pero también el que nos envuelve al cuestionarnos la realidad de las cosas y, por último, nuestro propio juicio.

'El Rapto de Bunny Lake' es el título (nada apropiado, a mi parecer) que en España recibió 'Bunny Lake is Missing' (1965); eso sí, no la busquéis por aquí editada en DVD, para poder disfrutar de este tipo de clásicos hay que recurrir a grabaciones "antiguas" (VHS) o a otras vías supuestamente ilegales, o eso dicen. La historia de la película, basada en la novela de Evelyn Piper, gira en torno Ann Lake, que acaba de mudarse a Londres con su hija Bunny. Cuando va a recoger a la niña al colegio después de su primer día, descubre que no hay rastro de ella por ninguna parte. Nadie sabe nada de Bunny, nadie la ha visto. Denunciada la desaparición, la policía se encuentra sin pruebas de la existencia de la pequeña, sospechando que realmente todo es una invención...

Apoyado en una impresionante fotografía en blanco y negro, Preminger nos sumerge en una historia que pretende empezar de forma relajada, a pesar de que pronto notamos que "algo" no va bien; un escenario donde el espectador se encuentra totalmente perdido y va comprendiendo poco a poco, tanto lo que ocurre como a quién le ocurre, atando cabos, o creyendo atarlos. El tratamiento del suspense es magistral , así como la puesta en escena. Ojo a cómo está rodada la inspección del colegio, por ejemplo, dando en todo momento la sensación, como decía antes, de que estamos realmente allí, siguiendo a escondidas el transcurso de los acontecimientos.

Bunny Lake is Missing

El reparto protagonista de 'El Rapto de Bunny Lake' lo encabezan Carol Lynley, Keir Dullea y Laurence Olivier. Lynley interpreta a Ann, el personaje central de la historia, logrando una magnífica composición, haciendo creíble en todo momento un rol muy complicado que oscila entre la inocencia, la locura, el miedo y la desesperación. En cuanto a Dullea, recordado por protagonizar la mítica '2001', encarna al extraño hermano de Ann, un hombre que incomoda con esa actitud tan tranquila, tan fría, logrando también un excelente trabajo; no quiero añadir más, pues es quien tiene la clave de todo el oscuro misterio que rodea a Ann y Bunny, como cualquier espectador entiende muy pronto. Por supuesto, Laurence Olivier también brilla, interpretando al veterano, cerebral y eficaz investigador que debe resolver el caso (sus razonamientos y sospechas son las del espectador). Tiene un papel similar, a mi parecer, al de Henry Fonda en 'El Estrangulador de Boston', de Richard Fleischer.

Destacar también la breve pero importante presencia de Noel Coward, con un particular personaje, el de "casero artista", que alimenta el miedo y la inseguridad de Lynley. En este sentido, es crucial que en la película nadie parece querer ayudar a Ann, sino todo lo contrario, engañarla, acosarla, maltratarla o simplemente obviarla. Como muestra, la secuencia en el bar, cuando cambian de canal para poner música alegre, en lugar de atender a las noticias sobre la desaparición de Bunny. De nuevo esa sensación de estar en un inquietante mundo irreal, donde todo parece dispuesto para que lo pases mal hasta que, por fin, consigas liberarte y abrir los ojos. En alguna ocasión me vino a la mente otra (muy destacable) obra de Preminger, 'Vorágine'.

Sobre esto mismo gira la secuencia en la que la dueña del colegio (otro personaje "de otro mundo") comienza a referirse a la imaginación que tienen los niños cuando sueñan; fundamental para comprender el desenlace pero también para crear la atmósfera. Y sobre los niños, su imaginación, su mente, su fragilidad, y esa irrealidad que se respira en toda la película, mencionar la memorable secuencia, bañada en oscuridad, de la tienda de muñecas, lugar donde comienza a fracturarse la primera capa de las apariencias y desvelarse el núcleo de todo.

En conclusión, 'El Rapto de Bunny Lake' es un incómodo, oscuro y fascinante thriller psicológico con el que Otto Preminger consigue que nos planteemos, sin efectos especiales, recursos fantásticos o parafernalias digitales, si estamos viviendo la terrible realidad o una pesadilla terriblemente real. De obligado visionado. Y por cierto, esperemos que se abandone la idea del remake que planea realizar Joe Carnahan, director que, por otra parte, hasta el momento, me gusta. Pero es que, sencillamente, este film no puede ser mejorado, y el director no es precisamente el más indicado.

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