'Bajo el mismo techo': un festival de excesos que intenta ser 'La guerra de los Rose' a la española

'Bajo el mismo techo': un festival de excesos que intenta ser 'La guerra de los Rose' a la española

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'Bajo el mismo techo': un festival de excesos que intenta ser 'La guerra de los Rose' a la española

Las comedias televisivas fueron durante un buen tiempo el principal nicho de la ficción audiovisual española. Aún hoy se siguen haciendo, pero da la sensación de que acabará una época cuando ‘La que se avecina’ llegue a su final. El mundo del cine intentó replicar la buena acogida de series como ‘7 vidas’, ‘Los serrano’ o ‘Aida’, pero ahí el público siempre mostró una mayor resistencia, ya que no es lo mismo acudir a tu sala más cercana que estar en la comodidad de tu salón.

Eso ha llevado a intentar fomentar en varias ocasiones la carrera en la gran pantalla de actores que cuentan con el cariño del público gracias a las series. Uno de los últimos ejemplos lo tenemos con el caso de Jordi Sánchez, popular por su participación en ‘La que se avecina’. Ahora regresa acompañado de la también televisiva Silvia Abril en ‘Bajo el mismo techo’, una comedia que recuerda en su punto de partida a ‘La guerra de los Rose’, pero muy poco en el resultado.

Los ingredientes estaban

Jordi Sanchez Silvia Abril

En anteriores trabajos de Juana Macías, directora y co-guionista de ‘Bajo el mismo techo’, se detectaba un interés por problemas sociales que podrían afectar al día a día de cualquiera y en ‘Embarazados’ ya hubo un giro hacia la comedia con resultados irregulares. En el caso que nos ocupa se apuesta de forma decidida por la comedia, no teniendo problemas en incurrir en cualquier tipo de excesos, dejando de lado el dramatismo de cualquiera de las situaciones presentadas.

La primera consecuencia de ello es que cualquier posible presencia del humor negro desaparece rápidamente. Aquí lo que importa más es ver qué monta ahora cada uno de los dos protagonistas para molestar más al otro. Una escalada que hay que reconocer que está suficientemente escalonada para que entendamos el odio creciente entre ambos y que incluso acaba afectando a la propia casa que comparten.

Además, la química entre Sánchez y Abril es innegable. Habían trabajado en multitud de ocasiones en el pasado, sobre todo en el teatro, y se percibe que se sienten a gustos juntos y saben manejar las diferentes fases por las que pasa su relación. Además, la vis cómica de ambos es más que conocida, por lo que resulta una decepción enorme ver que tienen que lidiar con material tan flojo.

Pero se han utilizado muy mal

Escena Bajo El Mismo Techo

El primer problema es que la química entre los dos protagonistas no deben hacernos olvidar que sus personajes están construidos de forma muy mejorable, cayendo muy rápidamente en una serie de tópicos que el humor que construya el libreto y los personajes que hay a su alrededor deberían compensar.

Por desgracia, estos últimos resultan incluso más monótonos, aunque el guion no ayuda nada a que el espectador conecte con ellos al desaprovechar las pocas oportunidades que tiene para que sean algo más que una mera comparsa. Ahí pienso sobre todo en Malena Alterio, quien resuelve su historia de forma demasiado rápida para quitarse lo que parece más un obstáculo que cualquier otra cosa.

Imagen Bajo El Mismo Techo

Dentro de esos niveles merece la pena destacar que Daniel Guzmán sí se hace bien al papel de amigo caradura y algo machista. No le requiere gran esfuerzo y él se deja llevar y hasta tiene alguna situación casi divertida. Ese casi y algún otro es lo máximo que consigue ‘Bajo el mismo techo’, ya que tiende a llevar todas las situaciones al extremo pero sin dar nunca con el tono adecuado para que funcionen. Todo resulta excesivo y superficial al mismo tiempo

Imagino que habrá espectadores que puedan disfrutar con este festival del exceso que incluso llega a rozar lo grotesco en algunos momentos. En mi caso fue algo que me hizo desconectar de lo que sucedía en ‘Bajo el mismo techo’ porque además tenía muy claro cuál iba a ser la meta y así acabó siendo. Tampoco es que los diálogos estén especialmente inspirados, el otro detalle que podría haber redimido a la película.

En definitiva, ‘Bajo el mismo techo’ es una película deficiente que no sabe dar el material necesario para que sus dos protagonistas aprovechen sus habilidades humorísticas. Eso provoca que como comedia tampoco de la talla en ningún momento y que uno simplemente quiera que su visionado se acabe lo antes posible.

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