Si bien estamos ante una obra de fantasía medieval, no cabe duda de que tanto 'Juego de tronos' como 'La casa del dragón' son series que se han ido inspirando (bueno, George R.R. Martin lo hizo) en muchísimos capítulos de la historia de la Europa de la Edad Media y más en concreto de Inglaterra.
No solo la historia, sino que algunos personajes parecen tener claros paralelismos con algunos de los regentes y gobernantes de la época. Es el caso de Rhaenyra Targaryen, interpretada por Emma D'Arcy, y cuya vida está inspirada en la de Matilde de Inglaterra, quien debió haber heredado el trono tras la muerte de su padre Enrique I.
Estamos hablando del siglo XII, cuando el naufragio del Barco Blanco dejó sin vida a Guillermo Adelin, el único hijo varón legítimo (tuvo varios bastardos) del rey Enrique I. El rey tenía otra hija legítima, Matilde, que cuando ocurrió la tragedia era emperatriz del Sacro Imperio romano germánico. Título del que se desprendería pocos años después al morir su esposo Enrique V.
Anarquía
El caso es que cuando muere Enrique I y a pesar del deseo expreso de este de que Matilde fuese su heredera, el trono fue ocupado por Esteban de Blois, el primo de la susodicha. Esto terminó en una guerra de sucesión que derivó en guerra civil y el conocido periodo de Anarquía, llamada así por el desorden generalizado que hubo por la situación.
Pronto Inglaterra se dividió, las diversas casas nobles y baronías se vieron en guerra unos con otros y contra el rey contrario. Matilde, por su parte, tenía su sede en Normandía, gracias a su marido Godofredo V de Anjou y desde ahí empezó la ofensiva para hacerse con el trono.
«Las similitudes son increíbles», afirma Katherine Newman, historiadora que trabaja en el Castillo y prisión de Oxford, lugar donde fue asediada y aprisionada por las tropas del usurpador en 1142... y del que llegó a fugarse en un escape no tan espectacular como el de Rhaenyra en la temporada 1 de 'La casa del dragón' pero sí peligroso: atravesando las heladas aguas del río camuflada de blanco según la leyenda.
Este fue un periodo de estancamiento y desgaste, de hecho la guerra se extendió todavía varios años más con un resultado pírrico. Si bien Esteban se quedó en el trono, la sensación era la de que no podían declarar una victoria. Por su parte, Matilde dedicó sus esfuerzos en promover desde Normandía que fuera su hijo quien ascendiese al trono. Así terminó siendo en 1154, cuando tras firmar la paz con Esteban y al morir este se convertiría en Enrique II.
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