Desde su última visita a la Tierra Media en 2014, el inabarcable Peter Jackson (no es una broma, mal pensados) no dirige ficción. Pero con el estreno de 'Mortal Engines', el cineasta logra que Nueva Zelanda vuelva a ser el destino turístico-apocalíptico preferido de buena parte de los espectadores con ansias de viajes polvorientos y aventureros.
Nadie mejor que Jackson para apadrinar una nueva franquicia en potencia de cara al futuro, aunque la operación es arriesgada al tratarse de una producción costosa que adapta una saga de novelas que pueden no ser tan conocidas para buena parte del público como las más populares de J.R.R. Tolkien.
Peter Jackson, de tripas y corazón
Nombrado Sir por su importante contribución a la industria cinematográfica Kiwi en 2010, Peter Jackson ha sido una pieza fundamental a la hora de destacar las espectaculares localizaciones de rodaje de Nueva Zelanda en sus trilogías basadas en la obra de Tolkien.
A pesar de haber dejado atrás sus festivos inicios cinematográficos (aunque sus dos obras gore cumbre están en proceso de remasterización), su apadrinamiento a la adaptación de la saga de novelas 'Máquinas mortales', nos coloca en una situación inmejorable para repasar la carrera de un nombre indiscutible del fantástico.
15. El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos (The Hobbit: The Battle of the Five Armies)
El punto y final a una saga que no merecía nueve horas de la vida de nadie se saldó, como no podía ser de otro modo, con la que probablemente sea la peor película de Peter Jackson. Aburrida, descuidada y sin un mínimo de cariño, no se trata más que del obligado cierre a contrarreloj de una aspiradora de dinero que necesitaba otros mil millones de dólares a embolsar.
14. El hobbit: La desolación de Smaug (The Hobbit: The Desolation of Smaug)
Tras la condena de la primera película y obligados a otras dos películas cortadas por el mismo patrón, Jackson demuestra aquí que no le importaría ser el nuevo George Lucas. Una máquina de facturar al que parece importarle menos el corazón que las cifras. Y con cifras quiero decir dinero y minutos.
13. El hobbit: Un viaje inesperado (The Hobbit: An Unexpected Journey)
Al igual que sucedía con la primera parte de la otra trilogía, esta primera entrega de la historia de Bilbo es las más agradecida de todas. Un cuento con personajes más o menos entrañables que, por desgracia, solamente comenzaba.
12. El señor de los anillos: El retorno del rey (The Lord of the Rings: The Return of the King)
Una macedonia de tierra (media) cocida a baja temperatura donde la emoción y la épica se confunden con fotografía oscura y cámaras lentas. Uno tiene la sensación de estar ante un cierre por el empeño que ponen sus responsables en dar portazos a la creatividad. En la línea continuista de su ya en parte excesiva segunda parte.
11. The Lovely Bones
A pesar de los esfuerzos de Jackson por estropear la narrativa de una película que pedía a gritos a un director más sutil, de las sonrojantes secuencias celestiales y de Brian Eno, la película se deja ver. También es justo recordar que el libro ya era un drama bigger than life. De haber salido redonda habría sido 'Prisioneros'.
10. Criaturas celestiales (Heavenly Creatures)
Es normal odiar una película como 'Criaturas celestiales', porque supone el punto de no retorno en la carrera de Jackson, un tipo que pasó de contarnos brutales historias para no dormir a sofisticados ejercicios de estilo para un espectador más adulto. El problema es que ni es sofisticado, ni es adulto ni tiene un estilo que encaje ahí.
9. El delirante mundo de los Feebles (Meet the Feebles)
Antes de que alguien empezase a aniquilar moñecos, Peter Jackson se permitió el lujo de pervertir la felpa con una historia demencial protagonizada por seres de trapo repugnantes. De haber tenido unas semanas más para la escritura de un guión que no termina de encontrar un rumbo, sería un verdadero clásico.
8. El señor de los anillos: Las dos torres (The Lord of the Rings: The Two Towers)
Para muchos, la mejor de la saga. Las dos torres tiene problemas de encendido, pero una vez que la máquina empieza a funcionar, se convierte sin duda en la secuela perfecta. La que hace realidad eso de "más grande, más larga, mejor".
7. Ellos no envejecerán (They Shall Not Grow Old)
Hora y media de alucinante reconversión al color y al formato panorámico de un potente diario de guerra ubicado en la Primera Guerra Mundial. Como documento histórico tiene un valor incalculable, pero los muertos en pantalla y la crudeza de la guerra molan más cuando son ficticios. Y aquí hay muchos, muchos cadáveres.
6. Agárrame esos fantasmas (The Frighteners)
Excesiva y alternando negrura y blanquismo, más lo segundo, 'Agárrame esos fantasmas' tiene una de las últimas interpretaciones para el cine del gran Michael J. Fox, garantía de molar. Lástima que hacia la mitad deje de ser divertida y que el loco de la función no tenga un papel mejor repartido y equilibrado.
5. El señor de los anillos: La comunidad del anillo (The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring)
Un milagro en la obra sobre la Tierra Media. Una película que sabe mirar hacia dentro y vomitar la gran aventura interior y global hacia fuera, con violencia. Con solvencia. La mejor presentación de personajes posible en una película que, en realidad, es exactamente eso. Por eso es la mejor de todas.
4. La verdadera historia del cine (Forgotten Silver)
Un falso documental certero, eficaz y capaz de engañar al espectador más despistado haciendo que todos los conocimientos que cree tener sobre el medio se tambaleen. Divertidísimo y a reivindicar como una demostración de lo divertido que puede ser podía ser Peter Jackson.
3. King Kong
Sobrepasada de metraje en sus más de tres horas de gorilera emoción, pero con dos de esas horas brillando a gran nivel, el 'King Kong' de doscientos millones de dólares de presupuesto de Jackson es, pese a todo, un ejemplo perfecto de lo que debería ser la mezcla ideal del cine de aventuras clásico al servicio de la tecnología punta del cine. A reivindicar.
2. Mal gusto (Bad Taste)
Los campos de pruebas de Peter Jackson de cara a convertirse en un cineasta total se iniciaron bajo la forma de cine de terror demencial y extremadamente gore muy por encima de las expectativas que prometían su muy bajo presupuesto. Como el Sam Raimi de 'Posesión Infernal', un autor convencido de que tenía que pelear otras batallas.
1. Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro (Braindead)
Uno de esos vhs que destrozamos durante la era dorada del vídeo en casa. La demostración palpable y pulposa de que todo puede ser superado. Incluso el gore más salvaje de la historia del cine extremo. Sobre todo si le añades una imposible capa de comedia clásica costumbrista. Irrepetible.
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