Ha costado pero ya está aquí el abogado que muchos fans del personaje clásico estaban esperando. Perry Mason ya no tiene tiempo para investigar y se centra en la defensa de su clienta, más cerca de la horca de lo que al protagonista le gustaría.
El abogado sin voz
La fantástica creación de Ron Fitzgerald y Rolin Jones ha ido avanzando contra viento y marea a lo largo de los cinco episodios que preceden a esta nueva entrega. Mason no lo ha tenido fácil, ha perdido por el camino mucho más de lo que ha ganado y, aún así, no cesa en su empeño por mostrar la verdad y luchar por la justicia en el mundo. Un idealista que necesita que su universo sea justo a pesar de un mundo privado lleno donde reina el caos.
Los guionistas nunca han dejado de poner piedras en el camino del (ya) abogado, y los fieles seguidores de sus andanzas semanales solo podemos acongojarnos con su primera intervención en el mediático juicio por el secuestro y asesinato del pequeño Charlie Dodson. Los primeros minutos del episodio van al grano desde los créditos (tan hermosos como siempre) hasta presentar el primero de los últimos baches del abogado: su voz.
No hay nada gratis para Mason en su nueva vida en HBO, y eso es algo realmente digno de aplauso. Ponerle las cosas fáciles al personaje o convertirlo por arte de magia en un infalible abogado de una semana a otra era algo que la temporada no se podía permitir. El juicio, verdadero protagonista de lo que promete ser un vertiginoso tramo final de temporada, logra eclipsar todo lo demás. Y eso que todo lo demás es mucho. Muchísimo.
Aunque el peso de la verdad empieza a asfixiar a buenos y malos, sabemos que Emily, a pesar de los esfuerzos ante el juez y el jurado de un Mason que apenas lleva unas horas como abogado, tiene todas las de perder para quedar absuelta de los cargos que pesan sobre ella.
La directora Deniz Gamze Ergüven, que tomó el relevo de Van Patten a partir del cuarto episodio, ha demostrado ser tan solvente como la ocasión requería, logrando hacernos olvidar su tremendo tropiezo de hace un par de temporadas con 'Kings'. Y si 'Perry Mason' logra que nadie recuerde semejante insulto al espectador, es que el material es bueno. Es buenísimo.
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