Jean-Claude Van Damme fue despedido de una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia y el productor quería aplastarle la cabeza. "¡Yo soy el Depredador!"

Jean-Claude Van Damme fue despedido de una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia y el productor quería aplastarle la cabeza. "¡Yo soy el Depredador!"

Antes de ser una de las grandes estrellas del cine de acción, Van Damme intentó hacer un papel bastante peculiar y no salió nada bien

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En pleno 2024 y con más de 80 créditos como actor a sus espaldas, huelga decir que es una estrella reconocida a nivel mundial, pero como ocurre con todos, independientemente de cuál sea nuestro trabajo, Jean-Claude Van Damme tuvo que empezar por algún sitio, y hay que reconocer que, en su caso, una de sus primeras experiencias en set no fue demasiado agradable.

Jean-Claude, el monstruo

Para explorarla debemos retroceder hasta mediados de la convulsa década de los 80, era de oro del cine de acción que vio nacer una franquicia que se extiende hasta nuestros días con la fantástica 'Depredador' de John McTiernan. Por aquél entonces, el belga sólo había participado en un puñado de producciones sin acreditar, siendo su papel más reconocido hasta la fecha el de Ivan Kraschinsky en 'Retroceder nunca, rendirse jamás'.

Pero, entonces, a mediados de los ochenta, llegó la gran oportunidad. La gente de 20th Century Fox y el veterano productor Joel Silver estaban buscando a un intérprete que pudiese dar vida a la criatura titular del actioner de ciencia ficción ambientado en la jungla y que protagonizaría Arnold Schwarzenegger. El director de casting Jackie Burch, tal y como recoge THR en su historia sobre la caótica producción, vio el candidato perfecto en JCVD.

"Jean-Claude Van Damme solía entrar constantemente en mi oficina, saltando por el aire, mostrándome sus movimientos, rogándome por trabajo. Así que finalmente le dije a Joel [Silver], 'Sería genial como el Depredador porque nadie se mueve como él'. Quiero decir, es bastante increíble".

Tras la toma de contacto con Burch, Van Damme fue a los estudios de Fox para conocer a McTiernan, que acababa de estrenar su 'Nómadas' con Pierce Brosnan. El actor recuerda así cómo consiguió el papel.

"Me hicieron correr por el estudio y salté como un bailarín. Dijeron, 'Este tío puede saltar muy alto. Sí, está dentro. Dijeron que me pondría un leotardo ajustado con la mitad de la cara maquillada de humana y la mitad de animal".

El traje de goma

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Para desgracia de Jean-Claude, lo que en un principio iba a ser un leotardo, terminó siendo un traje de goma ajustadísimo que se enviaría a Puerto Vallarta para rodar el largometraje, y el simple proceso de creación del molde para fabricarlo pareció ser un aviso del infierno que estaba destinado a pasar como el Predator.

"Me gusta respirar, y van a hacer mi cabeza y todo. Me pusieron en la boca una especie de tubo [para respirar]. Estuve cubierto con ese yeso durante al menos 20 minutos. Estaba hirviendo. Mi amigo me dijo: 'Si no puedes respirar, solo [mueve] tu dedo y te quito esto'. Y lo hice. Empecé a entrar en pánico. Y ellos decían: '¡No! ¡Cinco minutos más!'".

Finalmente, Van Damme cumplió con su primera obligación y superó la tortura, aunque una vez tuvo que ponerse la pieza resultante, la cosa no mejoró lo más mínimo. El mono gomoso era incómodo, asfixiante y no le permitía moverse del modo en que lo hizo durante sus encuentros con Burch y McTiernan.

"Mi cabeza estaba en el cuello. Mis manos estaban en los antebrazos, y había cables [conectados a mis dedos para mover la cabeza y la mandíbula de la criatura]. Mis pies estaban en las pantorrillas, así que llevaba zancos. Era un traje asqueroso."

Esta limitación de su rango de movimiento hizo desconfiar al intérprete cuando tuvo que enfrentarse a una escena de riesgo, que se negó a ejecutar y que fue encargada en última instancia a un especialista que, según la versión de JCVD, no salió muy bien parado.

"Cuando Joel me pidió que saltara, supe que no iba a ir bien. Dije, 'Esto es imposible, Joel. Creo que vamos a tener un problema'. Al tipo que hizo la escena le sucedió algo malo. Crac [hace un gesto de romperse]. Y luego detuvieron la película y crearon un nuevo traje, más seguro".

Despidos y amenazas

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Por supuesto, este tipo de historias suelen alterarse en base a quién las cuente, y el director de segunda unidad y coordinador de especialistas Craig Baxley niega la mayor asegurando que "Nadie salió herido". Beau Marks, ayudante de dirección en el rodaje, se mostró más tajante sentenciando que "Nadie se partió la puta pierna" y argumentando que el traje original terminó siendo descartado.

Para rediseñar la pieza, el estudio confió en el genio de los efectos prácticos Stan Winston, colaborador de grandes cineastas como John Carpenter o Paul Verhoeven. Desgraciadamente para Van Damme, el nuevo cuerpo del Depredador no encajaba con su físico y capacidades, y en Fox, tal y como relata Marks, decidieron prescindir de sus servicios.

"Rodamos algunas escenas con el traje original, las enviamos de vuelta al estudio, y la decisión fue que debíamos filmar todo lo posible sin la criatura con el traje, y que debíamos regresar y rediseñar [la criatura]". Cuando volvimos para rediseñarlo, fuimos a Stan Winston. Y Stan decidió que la forma de hacer el traje era comenzar con el tipo más alto, más grande que pudiera encontrar, no alguien que fuera el ágil bailarín que era Van Damme".

El momento del despido de Jean-Claude Van Damme no fue, en absoluto, agradable —al menos según lo describe Marks—, y grita "años ochenta", "entorno laboral hostil" y "posible abuso de sustancias" a los cuatro vientos.

"Cuando intentaba explicar lo que había sucedido [con el estudio] y por qué no íbamos a necesitarlo, él seguía diciendo: '¡Pero yo soy el Depredador!'. Yo dije, 'Bueno, vayamos a hablar con Joel'. Joel tiene una filosofía: comienza suplicando y luego acabas con la persona. Bueno, él dejó de suplicar muy rápidamente. Comenzó siendo tan amable como cualquiera podría empezar siéndolo, y luego terminó diciéndole a Claude que quería cogerle de la puta cabeza, llevarla afuera, ponerla en el asfalto y hacer que uno de esos putos camiones gigantes le pasara por encima de la cabeza cincuenta mil putas veces. Así es como terminó todo".

Tras abandonar 'Depredador', la carrera de Van Damme comenzó su vertiginoso ascenso con cintas como 'Contacto Sangriento' —estrenada un año después del título de Fox, en 1988— o 'Kickboxer', dio la bienvenida a los 90 con las fantástica 'Soldado universal' y 'Blanco humano', enseñó "su Tailandia" a Kylie Minogue en el rodaje de 'Street Fighter' —donde también se puso hasta las cejas de farlopa—... la lista de logros del rey del espagat es, fuera de duda, digna de análisis.

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