¿Hace cuánto que no ves a Sean Penn en una película nueva? No es que haya dejado de hacerlas, pero desde 'Mi nombre es Harvey Milk' lo cierto es que los proyectos que escoge (salvo excepciones contadas como 'Licorice Pizza' o 'Angry Birds') nunca son de primer orden, con obras como 'Un lugar donde quedarse' o 'Entre la razón y la locura'. Y hay un motivo para ello.
Qué penna
Y es que Penn ha afirmado en una entrevista con el New York Times que lleva 15 años sintiéndose "miserable en los sets de rodaje", particularmente desde el estreno de la consabida 'Mi nombre es Harvey Milk', bajo las órdenes de Gus Van Sant y con la que ganó su segundo Óscar.
"Me sentía como un actor que interpreta un papel principal, es conocido, le pagan bien, tiene una posición de liderazgo en una película y tiene que aparecer con energía y ser una especie de guardaespaldas del director. Estaba fingiendo mientras hacía esa mierda y es cansadísimo".
De hecho, ha afirmado que el rodaje le importaba bien poco: "Sobre todo lo que pensaba era '¿Qué hora es? ¿Cuándo terminamos?'. Me aseguraba de que estuviera hecho, pero no sabía cómo iba a mantener mi casa o viajar sin problemas o cosas así si paraba", confiesa el actor.
Por suerte, según afirma Sean Penn (pero tomadlo con pinzas, porque evidentemente es una entrevista promocional) todo cambió cuando recibió el guion de 'Daddio', su nueva cinta junto a Dakota Johnson, en la que sintió que "podía ser una buena experiencia que podría importarme ahora, quizá más que en el pasado".
También ha aprovechado para opinar sobre la sociedad actual -cómo no-, y más concretamente sobre su último gran papel, en el que interpretaba al político y activista estadounidense homosexual Harvey Milk: "Ahora no podría hacerlo. Vivimos tiempos de limitarnos tremendamente. Es una política tímida y falta de arte contra la imaginación humana". Ha dictado sentencia.
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