Pedro Gallego
EditorLa magia del cine es que sirve como una ventana para observar realidades diferentes a las nuestras, o versiones de la realidad que permiten amplificar aspectos de la experiencia humana. Desde lo más común como el amor hasta lo más específico, como pueden ser vivir en una región que se sienta al mismo tiempo un hogar y un sitio hostil.
Las películas, especialmente las mejores, son capaces de acercarnos a aquello que no es ajeno, y pretender cerrarse esas posibilidades para centrarse únicamente en aquello que le es cercano hace que uno se pierda posibles maravillas que no pensaba que le podrían gustar. Por suerte, algunas joyas terminan encontrando su lugar con el tiempo, como le ha pasado a ‘Mississippi Masala’.
Amor hotelero
Esta romántica cinta de culto, tan íntima como formidable en sus ambiciones mayores, tiene a Sarita Choudhury y Denzel Washington como pareja protagonista y a la cineasta Mira Nair en la dirección. Juntos crean un increíble relato donde el amor y la experiencia comunitaria se aproximan y friccionan, creando una especial experiencia que se puede ver en streaming a través de Filmin.
Cuando era niña en 1972, la pequeña Mina se ve obligada a huir de Uganda junto a su familia hindú, teniendo que emigrar a Estados Unidos. Allí junto a otros inmigrantes indios establecen una pequeña comunidad, con varios dedicándose a la gestión de moteles de carretera. Allí una Mina adulta conocerá fortuitamente a un hombre negro, Demetrius, que le descubrirá nuevas perspectivas y también sensaciones.
Nair aborda con mucho interés este guion, construido a partir de las experiencias de muchos inmigrantes indios que se han establecido en el país mediante el trabajo en hotelería y estructurado como un romance conflictivo al estilo de ‘Romeo y Julieta’. El romance interracial genera unas fricciones que exacerba tensiones ya existentes en las comunidades mostradas.
‘Mississippi Masala’: amor, comunidad y fricciones
Una de las grandes fortalezas de ‘Mississippi Masala’ está en cómo aborda la particular soledad de sus personajes, especialmente la de Mina. Una outsider dentro de su propia comunidad extranjera, donde tanto su color de piel como el poder adquisitivo de su familia la convierten en un activo menor en una sociedad todavía regida por las uniones concertadas. La raza y lo económico se mantienen como una división incluso dentro de la comunidad india, y termina encontrando más aceptación fuera.
Es desde esa intimidad y curiosidad como consigue crear un romance que, a pesar de la clara inspiración en uno de los romances clásicos, no cae en excesivos exabruptos. Nair plasma conflictos maduros y adultos con una sensibilidad especial, y hace emocionante de una manera genuina todo lo que vemos gracias a ese cuidado punto de vista y a la dirección de actores. Washington vuelve a mostrar su carisma inigualable y su talento para lo dramático y Choudhury muestra cómo se volvió en su momento una intérprete revelación que, desde entonces, ha estado terriblemente infrautilizada.
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