'Bad Boys for Life': una entretenida secuela que debería cerrar la saga de 'Dos policías rebeldes'

'Bad Boys for Life': una entretenida secuela que debería cerrar la saga de 'Dos policías rebeldes'

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Bad Boys For Life

¿Qué sentido tenía hacer una tercera entrega de la saga ‘Dos policías rebeldes’ 17 años después de la anterior y sin Michael Bay tras las cámaras mas allá de intentar explotar la posible nostalgia para conseguir una película rentable sin complicarse más de la cuenta? Sobre el papel, ‘Bad Boys for Life’ parecía condenada a ser una de esas continuaciones tardías vacías de atractivo en la línea de la lamentable ‘xXx: Reactivated’, pero no ha sido así.

No puedo decir que sea una gran película de acción, pero si se nota que durante la mayor parte de su metraje y vista así sí encaja muy bien tanto lo que nos cuenta como la forma de hacerla. A fin de cuentas, sus mejores años hace mucho que quedaron atrás e incluso empiezan a ser vistos como una especie de dinosaurios dentro del cuerpo de policía, por no hablar de los deseos de Marcus por retirarse. A partir de esa idea se construye un efectivo pasatiempo que debería ser el cierre de la trilogía.

Una amenaza más personal

Imagen Bad Boys For Life

Llega un punto en el que elevar el nivel de amenaza dentro de una franquicia de acción resulta casi imposible, por lo que normalmente se echa mano de un peligro más personal, sea por los vínculos con el protagonista o por la relación del nuevo villano con otro anterior. En el caso de ‘Bad Boys for Life’ se apuesta por lo primero, pero se lo toman con calma para revelarlo, consiguiendo así que la entidad de ese enemigo a batir vaya yendo a más de forma progresiva.

Es cierto que al principio parece otro caso de venganza monótona en la que lo más llamativo son los métodos del asesino interpretado por Jacob Scipio, postergando el motivo concreto detrás de sus actos para en paralelo irnos mostrando la nueva realidad de los dos policías rebeldes. Con Will Smith aferrado a sus días de gloria y un Martin Lawrence más cercano a ser un entrañable jubilado que cualquier otra cosa, ‘Bad Boys for Life’ perfila una evolución lógica en su etapa profesional.

En ‘Dos policías rebeldes’ se nos presentaba a dos agentes con un método propio resolviendo un caso para ir a más en una secuela que a su manera representaba el cenit de los dos y de la propia franquicia. Y es que Michael Bay lo dio todo en ella para ofrecer un espectáculo difícil de olvidar. Pero todo lo que sube baja y aquí no contamos con Bay detrás de las cámaras -estaba muy ocupado intentando superarse a sí mismo en ‘6 en la sombra’, aunque su presencia sí que se deja notar-, por lo que el nivel de espectáculo también decrece.

Un espectáculo cumplidor

Escena Bad Boys For Life

En su lugar tenemos a los realizadores belgas Adil El Arbi y Bilall Fallah en su primer gran trabajo en Hollywood. Su estilo recuerda más al Bay de la primera entrega, situándose quizá incluso por debajo de el en la capacidad para dotar de frenesí visual a la película, pero es que la propia historia demandaba un enfoque algo más reposado, en el que el humor tiene una presencia notable durante la mayor parte del metraje y funciona mejor que unas escenas de acción funcionales pero con poca personalidad. Ojo, que el “ajustado” presupuesto de 90 millones -la segunda costó 130 millones y de 2003, no de 2020- quizá también tenga algo que ver.

No tengo claro que esa sea una decisión meditada para ir en consonancia con el estado actual de Mike y Marcus, pero viéndolas como tal tiene sentido que no se opte por el más difícil todavía por mucho que eso pueda restar atractivo visual a la función. Esto se compensa en parte en su fogoso tramo final, pero ni siquiera ahí podemos encontrar algo comparable a lo que Bay podría haber hecho con este material.

Bad Boys For Life Escena

De hecho, ‘Bad Boys for Life’ nos recuerda de tanto en tanto lo anacrónico que resulta la forma de actuar de Mike y Marcus, incluso cuando su instinto les lleva a acertar en la decisión a tomar aunque luego la ejecución sea un tanto mejorable. Y esos roces entre sus métodos y los más avanzados tecnológicamente de la policía resultan simpáticos, ayudando además a ver una evolución en la actitud de los protagonistas, sobre todo de Mike.

Sí se notan ciertos vaivenes en el guion -a saber la de gente que metió mano en él, aunque solamente aparezcan acreditadas tres personas, entre ellas un Joe Carnahan que en su momento también iba a ocuparse de la dirección-, pero también una constante que sirve para que la película nunca se pierda y vaya mezclando lo pasado con lo nuevo para dar lo que quiere al público de la saga sin negar la entrada al recién llegado.

Mi único pero es que no abraza de forma total y absoluta la posibilidad de ser un cierre definitivo para la saga. Como tal funciona muy bien, pero como etapa intermedia la cosa ya se resiente, tanto por el hecho de que en una cuarta entrega ya no tienen realmente nada que contar y porque ver a Will Smith y Martin Lawrence de nuevo en acción ya sería totalmente anacrónico. No hacía falta mucho para dejarlo estar, pero Hollywood se resiste a cerrar sus franquicias.

En resumidas cuentas

‘Bad Boys for Life’ es un buen entretenimiento que se siente como una prolongación lógica de la franquicia pero que también tendría que ser su última etapa. Como gran espectáculo se nota que no han querido gastar demasiado dinero, pero sigue entreteniendo, en buena parte por la generosa cantidad de humor utilizada. No tenía claro que quisiera volver a ver a estos dos policías rebeldes, pero la película me ha demostrado que si.

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