Cine en el salón: 'Escalofríos', terror bajo la nieve

Cine en el salón: 'Escalofríos', terror bajo la nieve

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Cine en el salón: 'Escalofríos', terror bajo la nieve

La doble propuesta que hoy os vamos a traer en Cine en el salón relacionada con los estrenos de esta semana va a orbitar de forma exclusiva alrededor de 'Magic Mike XXL' (id, Gregory Jacobs, 2015) debido a que la película con mayúsculas de cuántas comienzan hoy su andadura en las salas de cine lleva contando con nuestra atención desde el pasado miércoles. Así las cosas, dedicaremos la presente entrada a repasar el segundo título en la filmografía de Gregory Jacobs para, dentro de unas horas, hacer lo propio con esa sorpresa que fue hace tres años 'Magic Mike' (id, Steven Soderbergh, 2012).

Propuesta a priori interesante de un cineasta que había arrancado su trayectoria intentando hacerle sombra a ese grandioso filme que es 'Nueve reinas' (id, Fabián Bielinsky, 2000) con un remake que no le llegaba al filme argentino a la altura del betún, 'Escalofríos' ('Windchill', Gregory Jacobs, 2007) comporta ahora cierto interés por aquello de ser el primer filme que otorgaba protagonismo casi completo a la muy interesante Emily Blunt, una actriz que desde entonces ha ido moviéndose por todo tipo de derroteros cinematográficos y a la que éste año estamos deseando ver en lo nuevo de Dennis Villeneuve.

'Escalofríos', desaprovechada

Escalofrios 1

Mientras eso ocurre, vale la pena echar la vista atrás para apercibirse de la solidez que la actriz británica aportaba aquí al personaje femenino sobre el que Gregory Jacobs hace descansar lo escrito por Joe Gangemi y Steven A.Katz, una trama que sigue a una joven universitaria que, para volver a su casa a tiempo por Navidades, acepta compartir coche con otro estudiante en un viaje que no debería pasar de unas pocas horas. Hasta ahí, todo apuntaría a que la cinta tiene todas las maneras para convertirse en una comedia romántica derivada de los fundamentos establecidos por, qué sé yo, 'Cuando Harry encontró a Sally' ('When Harry Met Sally', Rob Reiner, 1989).

Nada más alejado de la realidad, no obstante, ya que trascendida la necesaria presentación de personajes —que va al grano y no se anda con florituras innecesarias— la cinta da a descubrir cuál es el verdadero motor que va a animar el segundo y el tercer acto: un fortuito accidente deja varado al coche en el que los dos anónimos jóvenes se trasladan en medio de una ventisca en la que comienzan a sucederse extraños fenómenos de claro corte paranormal que anuncian un destino aciago a los universitarios.

Apuntando maneras por lo reducido de sus ambiciones y por contar con una premisa que bien podría haber dado para una pequeña joyita del género de terror, 'Escalofríos' opta no obstante por construir una historia a la que un rascado superficial ya le hace flaco favor al dejar al descubierto la pobre articulación del McGuffin que sirve para rellenar los 87 minutos de metraje: como decía alguna crítica que leí en su momento sobre la cinta, no hay quien se crea que, si como se dice en un momento de la acción, todos los años aparecen muertos en ese punto concreto de la carretera, nadie haya hecho nada por cerrarla.

Escalofrios 2

Y eso no es todo, es que el trasfondo de la vertiente sobrenatural de la cinta —que recuerda en parte al que utilizaba Peter Jackson en 'Agárrame esos fantasmas' ('The Frighteners', 1996)— termina resultando tan rocambolesco que al espectador no le quedan más opciones que desconectar de toda la complicada explicación que hay detrás de la amenaza que se cierne sobre los tripulantes del vehículo y dejarse llevar por una propuesta que, curiosamente, no se deja arrastrar por los típicos golpes de efecto del cine de terror actual e intenta instilar éste por medio de la ambientación.

No significa ésto que la cinta esté exenta por completo de algún giro brusco de la cámara acompañado del correspondiente en la música, pero lo poco relevante de éstos en comparación con la construcción que Jacobs hace de la tensión por medio de otros mecanismos es motivo más que suficiente para acercarse a una propuesta modesta que se queda lejos de sacar todo el partido posible a la idea sobre la que orbita y servía, eso sí, para dar testimonio de lo ecléctico de un cineasta que en once años sólo ha rodado tres títulos...a cada cual más diferente.

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