Suena Mariah Carey a todo volumen en cualquier tienda, las luces irradian unas calles en las que es casi imposible andar, la calefacción está a tope para no morir congelados, el arbolito tiene las mismas bolas rojas de todos los años y con la excusa de "comprarlo para los niños" te llenas a polvorones y turrón como si no hubiera un mañana. Es el encanto de la Navidad, al fin y al cabo. Y, de un tiempo a esta parte, no parece significar nada sin el añadido de las películas navideñas: previsibles, románticas (a su manera), repletas de Santa Clauses que guiñan los ojos en el último plano y parejas imposibles que descubren su amor en un pequeño pueblecito canadiense llamado Navidalia.
Lo que para muchos es puro confort y calorcito, para otros es una pesadilla repleta de tramas obvias, actores del todo a cien, nieve de corchopán y guiones con referencias forzadísimas a la cultura pop de hace diez años. Para decidir qué me parece a mí, porque uno nunca termina de conocerse, he dedicado 12 horas de un día a ver, sufrir y disfrutar a su manera tantas películas navideñas de este año como he podido encajar. Bueno, con una excepción al final, porque el masoquismo también tiene límites. Sin más preámbulos, vamos allá con estas 12 horas de auténtico sadomasoquismo navideño.
8.00-10.00: El encanto del champán
Ojalá yo le fascinara tanto a alguien como a los yanquis les fascina la Torre Eiffel, que, para demostrar que se ha rodado in situ, aparece en esta película continuamente. De hecho, al mejor estilo de 'Emily in Paris', a los personajes franceses solo les falta aparecer con una baguette debajo del brazo y un bigote rococó. Esta idealización absurda de Francia es la protagonista real de una película en la que una exitosa mujer de negocios debe ir a París unos días antes de Navidad (¡oh!) para que su malvada empresa consiga los derechos de explotación de un champán increíble.
Pero claro, antes de irse le promete a su hermana (un personaje de quita y pon en el guion) que al menos una noche se olvidará del trabajo y se irá a dar un garbeo por la ciudad. Así que acaba en una librería muy cuqui donde conoce a un chico que se enamora de ella tras una noche impresionante en la ciudad. Y claro, después de acostarse con él, descubre... ¡que es el hijo del dueño de la marca de champán! ¡Sacre bleu!
Aunque 'El encanto del champán' no es insultante y tiene algunos secundarios entretenidos (incluyendo ese Roberto que solo piensa en la fiesta y el desfase), todo acaba como tiene que acabar, nada se sale de la norma y, en general, pasa por nuestra vida como simple rutina entre librerías chic, monumentos iluminados y la moraleja de que es mejor enamorarse que trabajar. Para llegar hasta ahí tampoco me hacía falta este calvario. Puedes verla en Netflix, por cierto.
Nota: 3/10
Nota Navideña: 6/10
10.00-12.00: Un cowboy por Navidad
Ya sabía yo que este experimento era mala idea. 'Un cowboy por Navidad' es todo lo que está mal con el cine navideño: una pareja sin química, un malvado empresario desvelando su secreto inesperado a última hora, un metraje alargado hasta la extenuación y, por supuesto, una mujer exitosa que debe debatirse entre seguir el trabajo que le han encomendado o entregarse a su verdadera pasión en un pueblecito de Vermont. Seguro que nunca adivinaríais qué es lo que escoge al final.
En esta película, Mary, una exitosa trabajadora en la gran ciudad, debe volver al pueblo donde creció para firmar un negocio de 2000 millones de dólares. Solo hay un problema: no es la única que puede ganar, y se ve obligada a enfrentarse a una rival inesperada en distintas pruebas familiares para conseguir el dinero. Lo típico de los empresarios multimillonarios, hacer carreras de sacos para decidir quién se queda con un proyecto importantísimo. Quién sabe, igual se decidió así lo de Netflix y Warner.
'Un cowboy por Navidad' es horrorosa de inicio a fin, su aparente pareja protagonista (digo "aparente" porque se centra más en la familia que en el romance, causando casi desagrado en su inevitable beso final) causa puro hastío y el mensaje final es, como suele ser habitual, deleznable. Ah, sí: además, dura muchísimo más de lo que debería, no sabe cuándo terminar y uno acaba planteándose cómo es posible haber tomado decisiones tan malas en la vida para acabar viéndola. Si la sufres por algún motivo, que sea por ese giro final imposible y chanante que convierte su previsible argumento en un dislate casi psicotrópico. Para olvidar. Si te apetece picar, no sé muy bien por qué, está en Prime Video.
Nota: 0/10
Nota Navideña: 3/10
12.00-13.30: Una Navidad ex-cepcional
Las estrellas olvidadas del ayer viven hoy en las películas de Navidad. Es el caso de Alicia Silverstone, Jameela Jamil y Melissa Joan Hart, que aparecen (bueno, la tercera es productora, su personaje es muy secundario) en esta comedia romántica puramente navideña con buenas intenciones pero un mensaje brutalmente equivocado. Es imposible no verla y desear que su protagonista decida exactamente lo contrario de lo que decide. Por más que te lo quieran vender de otra manera, su familia es horrible, su ex-marido debería haberla cuidado más, sus hijos se portan mal con ella y su nuevo novio tiene tan buen corazón como poca sesera. Vuela libre, muchacha, y olvídales cuanto antes.
Con el título de la película os podéis hacer una idea de su argumento: Kate y Everett se acaban de separar (pero no han firmado los papeles del divorcio), y ella, que odia el pueblecito en el que vive, tiene ya un empleo asegurado en Chicago donde poder seguir con su carrera. Además, Everett se ha echado una nueva novia que sus hijos adoran, así que, bueno, no hay motivo para no largarse. Pero entonces llega la Navidad, y ocho días pueden cambiar todas tus decisiones tomadas con aplomo a lo largo de un año entero. No debería ser así, pero no podemos controlar la magia de las películas navideñas.
'Una Navidad ex-cepcional' cuenta con un hombre británico obsesionado con 'Harry Potter' (¡en 2025!), una pareja gay de abuelos que tienen la mejor frase de la película y una escena de Silverstone y Joan Hart tratando de manejar un dron. Llegados a este punto, y notando cómo mis fuerzas empiezan a fallar, no le puedo pedir mucho más. Todas las decisiones que se toman están mal y consiguen que, como espectadores, rememos en contra de la película, pero los secundarios logran salvar esta nadería y convertirla en un pequeño entremés navideño. En peores hemos estado. Esta también es de Netflix, claro está.
Nota: 5'5/10
Nota Navideña: 8/10
13:30-14.00: Ha llegado la nieve a Fraggle Rock
Pequeño descanso cinéfilo para ver el nuevo especial de los Fraggle en Apple TV+. Claramente no son los de toda la vida, y la magia de Jim Henson se ha esfumado, pero sigue siendo una gozada ver, en plena era de dominio de la IA, a unas marionetas de trapo dando vueltas por Fraggle Rock, cantando y bailando con pura artesanía. ¿Es memorable esta media hora? No, desde luego, si estás esperando algo del nivel de 'Los Teleñecos en Cuento de Navidad', pero como pequeña pieza hecha para streaming cumple de sobra. Mejor, de hecho, que la mayoría de películas que he elegido para hoy. Y aún quedan tres. Ay.
Nota: 6'75/10
Nota Navideña: 7'5/10
14.00-16.00: Un robo muy navideño
Parece que Netflix tomó buena nota de que todo el mundo se metiera con sus películas de Navidad, y ha decidido convertirlas en... bueno, en películas de Netflix, con todo lo que ello conlleva. 'Un robo muy navideño' se aleja de los clichés del subgénero para montar una especie de plan perfecto tan entretenido como vacío de contenido y de riesgo. Con todo, no lo puedo negar, me entretuve todo el tiempo, tiene un sorprendente giro anti-corporativo y sus protagonistas no resultan irritantes, que ya de por sí es bastante sorprenente. Es eso, o que llevo ya ocho horas viendo películas de Navidad y la barra ha bajado mucho.
En este caso seguimos a dos personas, Sophia y Nick, que quieren ganar un dineral robando en la caja fuerte de la empresa de ella, los almacenes Sterlings. ¿Es simple? Sí, pero al menos no aparece Papá Noel a salvarles en el último segundo, ni se enamoran en un pequeño pueblo de Vermont: si no estuviera ambientada en Navidad, sería también un visionado agradable. ¿La recordaré dentro de un año? Con toda probabilidad, alguien me habrá "robado" ese recuerdo.
Sin embargo, en este maratón de la ignominia he pasado por tanto dolor audiovisual que se me antoja un 'Ocean's Eleven' de tercera división, un "progresa adecuadamente" navideño, un Cola-Cao con churros congelados calentados en el horno: sabes que no es bueno para ti, pero te lo comes sin quejarte. Y al final, igual hasta sueltas una lagrimita. Como ya he comentado, también está en Netflix.
Nota: 6'75/10
Nota Navideña: 7/10
16.00-18.00: Navidad en Baltimore
Honestamente, el título que le han puesto en España a 'The Baltimorons' casi consigue que se me pase por alto esta pequeña joyita protagonizada por dos personajes completamente rotos pasando una noche en la que se enfrentan a sus mayores miedos buscando un amor que ambos sienten no merecer. Cuando tira por la comedia da bastante en el clavo, pero cuando decide dar un giro al drama, rompe hasta los corazones más duros. Muchos dicen que les recuerda a 'Los que se quedan' y, aunque no tenga nada que ver en su guion, puedo entenderlo gracias a ese tono lánguido que, pese a todo, abre una ventana a la esperanza.
Un ex-alcohólico (y ex-cómico) decide no ir a la cena de Nochebuena con su familia política para pasar la noche con su dentista. Sí, aquí no hay competiciones por ganar una empresa, parejas que salen de la nada ni competiciones para tener el mejor árbol de Navidad del barrio: solo desesperanza (y, paradójicamente, esperanza) en una Baltimore nevada en la que cada esquina parece guardar nuevos desafíos, nuevas maneras de enfrentarte a ti mismo, nuevos lugares donde reír.
Quizá sea por haber visto antes cuatro películas cuestionables, pero 'Navidad en Batimore' es una de las que realmente merecen la pena. No es ninguna obra maestra, y la relación entre ambos podría estar muchísimo mejor perfilada, pero uno tiene que admitir, sí o sí, que la idea de una película navideña que empieza con un suicidio que sale mal, como poco, se aleja a la fuerza de los villancicos, los árboles y el fun-fun-fun habitual. Solo por la valentía, ya merece la pena que os acerquéis a ella en Movistar Plus+.
Nota: 7'75/10
Nota Navideña: 7/10
18.00-20.00: Navidades infernales
Llegados a este punto y después de cinco películas navideñas de 2025, creo que me he ganado el derecho a darme este pequeño gustazo: el de ver 'Navidades infernales', de 1980, la película de esta festividad favorita de John Waters, y es fácil saber por qué. Aunque lo más llamativo de ella pueda ser el elemento slasher (¿a quién no le va a gustar un Santa Claus asesino?), lo cierto es que acaba teniendo trazas psicológicas más similares a 'Taxi Driver' de lo que podríamos imaginar.
De hecho, la película está repleta de imágenes perturbadoras, empezando por una primera escena, en la que un niño ve cómo Santa Claus baja por la chimenea... para acabar teniendo sexo con su madre. Pese a que su propuesta parece extraña y pura serie Z, merece la pena acercarse a echarle un vistazo, porque es una joyita incomprendida del terror de inicios de los años 80. Y entre 'Un Cowboy por Navidad' y 'Navidades infernales' tengo muy claro con lo que me quedo. Está en Filmin, como no podía ser de otra manera.
Nota: 7/10
Nota Navideña: 9/10
El resultado del experimento es un profundo dolor de cabeza, las ganas de que se pasen las Navidades como el "Skip Intro" de Netflix y un trauma con el color rojo. ¿Ha merecido la pena? Bueno, probablemente si no me hubiera forzado no habría descubierto 'Navidades en Baltimore' o disfrutado de lo nuevo de los Fraggle. Por suerte, no todo es tópico tras tópico en el cine navideño: también hay hueco para innovar. Solo hace falta buscar ese hueco.
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