Cine en el salón: 'Exploradores', un pudo ser y no fue

Cine en el salón: 'Exploradores', un pudo ser y no fue
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El problema es que la película que veis no es la película que yo quería hacer. Es la película que pude hacer hasta cierto punto y tuve que dejar. Me cuesta muchísimo verla hoy, porque no es el filme que tenía en mente. Joe Dante

Con estas amargas palabras reflexionaba Joe Dante en 2008 en un encuentro en el New Beverly Theater —un cine de Los Ángeles actual propiedad de Quentin Tarantino que se dedica a proyecciones “revival” en 35mm— con los fans de 'Exploradores'’ (‘Explorers’, 1985) acerca de los muchos problemas de producción con los que se encontró, algo más de tres décadas antes, cuando fue elegido como director de un guión que, dicen los rumores, llevaba años dando vueltas por las oficinas de Hollywood.

Inicialmente ofrecida por Paramount a Wolfgang Petersen tras el éxito que éste había cosechado con 'La historia interminable' (‘The neverending story’, 1984), la negativa de éste a rodar en otro sitio que no fuera su Alemania natal terminó inclinando la balanza por encontrar a un cineasta norteamericano, dando con un Joe Dante que acababa de finalizar su mítica 'Gremlins' (id, 1984).

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Iniciado un rodaje que supondría el debut en la gran pantalla de Ethan Hawke y el malogrado River Phoenix, la Paramount cambiaría de manos a mitad de producción, y la llegada de Dawn Steel —la que fuera jefa de producción de los estudios entre 1985 y 1987— supuso un duro revés para las intenciones que Dante y Eric Luke, el guionista, tenían de cara a la cinta.

Decidiendo que necesitaban la cinta para mucho antes de lo previsto, Dante tuvo que rodarla a toda velocidad. “La pintura en los sets estaba aún fresca cuando los chavales pisaron la nave espacial” recuerda el director. Pero el hecho de rodar rápido no fue para nada lo peor que le pasó a ‘Exploradores’, ya que, en pleno proceso de edición de la cinta a finales de la primavera de 1985 la major decidió adelantar la fecha de estreno, cambiando la inicial, fijada en los últimos días de Agosto de aquél año, al 12 de julio.

Tan sorprendente decisión, que fue argumentada por parte de los ejecutivos de la empresa afirmando que “tenemos un día idóneo para estrenarla y vamos a hacer una gran taquilla” pesó, y cómo, en una cinta que Dante tuvo, literalmente, que parar de montar dejándose una hora y media de metraje en la sala de edición; demostrándose después que el fin de semana elegido para su exhibición —el mismo del legendario concierto Live Aid— fue un error monumental que llevaría a la producción a terminar siendo un sonoro fracaso en taquilla.

Exploradores 2

Lo que el descubrimiento de este hecho cambia en cuanto a la percepción de una cinta que se contaba entre mis favoritas cuando era niño, sólo es valorable al escuchar al cineasta hablar de todo aquello que no pudo incluir en el filme, ya fuera material que lidiaba con temas espirituales, ya una sub-trama familiar que rodeaba al hermano de Ben (Ethan Hawke), ya en lo referente al personaje de ese eterno colaborador de Dante que es Dick Miller, cuyo fugaz aparición habría comportado más peso de cara al tercer acto.

Película “rota” pues por las presiones del estudio, no cabe duda de que con estos datos en la mano se puede realizar una valoración más justa de un filme que, aún con la predilección anteriormente citada, siempre me pareció que tenía serios problemas en lo que a la transición hacia el último acto se refiere.

Plagado de guiños a la cultura popular norteamericana que van desde el nombre del instituto en el que estudian los protagonistas —el Charles M.Jones en honor a Chuck Jones, legendario director de los Looney Tunes y creador, entre otros del Coyote y el Correcaminos— a las incontables referencias al cine de ciencia-ficción de los años 50 o, incluso, a 'La guerra de las galaxias' (‘Star Wars’, George Lucas, 1977), ‘Exploradores’ encuentra su mejor baza en la siempre simpática y dicharachera dirección de Dante y, sobre todo, en las tridimensionales interpretaciones que Hawke, Phoenix y Jason Presson hacen de los tres inesperados amigos cuyos sueños les llevarán a construir una nave que les permitirá establecer contacto con unos estrambóticos extraterrestres.

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Toda la primera parte del filme, con la presentación de los chicos y el entorno familiar de los dos primeros —del tercero en discordia se intuye que vive en un hogar desestructurado— va asentándose sobre la promesa de que algo maravilloso va a ocurrir en el momento en que logren construir el artefacto. Tanto es así que es imposible no apercibirse de la dimensión épica que tiene la secuencia de construcción del mismo, gracias a un enérgico montaje y a lo que Jerry Goldsmith aporta con el excelso tema que compone para la ocasión.

Desafortunadamente, en el momento en el que los tres improvisados astronautas salen despedidos al espacio exterior y toman contacto con los alienígenas, la cinta cambia completamente de rumbo convirtiéndose en una broma que tira por tierra cualquier magia que pudiera haber albergado hasta entonces.

(Ojo, spoilers) Haciendo gala del mismo exagerado tono cartoonesco que tan bien le había funcionado en ‘Gremlins’, el tercer acto de la cinta deja al público y a los propios protagonistas completamente desconcertados y la revelación de que el histriónico Wak Wak —interpretado por Robert Picardo, el otro hombre para todo de Dante— y su hermana no son más que unos adolescentes que querían gastarle una broma a sus ausentes padres, no ayuda a que no pensemos que a guionista y director se les fue de las manos la intención de hacer algo diferente. (Fin spoilers)

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Pero, como decía, el saber ahora lo mucho que el producto final difirió de las intenciones iniciales de los responsables de la cinta, ayuda a comprender algo que de otra manera resultaría imperdonable desde el punto de vista del cinéfilo adulto. Eso sí, quitando las excentricidades del tercio final, donde ‘Exploradores’ no defrauda es en capturar con gran entusiasmo la parte maravillosa de ser adolescente, cuando parece que puedes comerte el mundo y que nada puede pararte. Y sólo por eso, vale la pena recordarla.

P.D: por cierto, un detalle de esos que os van a hacer mucha gracia y que no he metido en el texto por no hacerlo muy pesado. La referencia a ‘La guerra de las galaxias’ llega por mano de un falso filme de ciencia-ficción que se proyecta en un drive-in cuyo protagonista, de nuevo interpretado por Robert Picardo, es un tipo llamado Starkiller, apellido que tenía Luke en el primer tratamiento que George Lucas escribió del 'Episodio IV'.

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