Syfy 2018 | 'Cómo hablar con chicas en las fiestas' derrocha energía pero no siempre sabe cómo canalizarla

Syfy 2018 | 'Cómo hablar con chicas en las fiestas' derrocha energía pero no siempre sabe cómo canalizarla

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Syfy 2018 | 'Cómo hablar con chicas en las fiestas' derrocha energía pero no siempre sabe cómo canalizarla

La XV Muestra Syfy llegó a su fin este pasado domingo con el pase de ‘Siete hermanas’ (‘Seven Sisters’), la sustituta de última hora de la inicialmente prevista ‘Pacific Rim: Insurrección’ (‘Pacific Rom Uprising’). Fueron tres jornadas que empezaron con un buen primer día, bajaron el nivel en el segundo y se despidieron con un tercero muy satisfactorio.

Ahora nos toca recuperar el título más esperado que pudo verse el sábado. Me refiero a ‘Cómo hablar con chicas en las fiestas’, la adaptación de un relato de Neil Gaiman realizada por John Cameron Mitchell, el artífice de la aclamada ‘Hedwig and the Angry Inch’. Aquí la música punk vuelve a tener una importancia notable, pero el verdadero eje es un relato de ciencia-ficción que alterna momentos muy inspirados con otros completamente fallidos.

Anárquica diversión

Nicole Kidman Girls Parties

Estando Mitchell detrás era de esperar que ‘How To Talk To Girls at Parties’ fuese una película con mucha energía, pero la cuestión era saber canalizarla para que eso se convirtiese en una virtud. Aquí lo que sucede es cierta sensación de descontrol, ocasionalmente dando más importancia al look de los personajes, tanto los amantes del punk como las diferentes razas extraterrestres, que a lo que estos puedan hacer.

Eso es algo que se traduce en un puñado de situaciones con una indudable efectividad cómica, pero el sentimiento anárquico que seduce a algunos personajes también se contagia a la propia narrativa, provocando así constantes altibajos de interés. De hecho, la historia en sí misma podría haberse comprimido bastante sin que eso dañase lo más mínimo a la comprensión de la misma.

La cuestión es que Mitchell parece más interesado en lo divertidas que puedan ser ciertas escenas, buena parte de ellas consecuencia de los sucesivos descubrimientos que va realizando el personaje interpretado con mucha soltura por Elle Fanning. Al menos logra esquivarse la sensación de estar repitiéndose, pero tan pronto te atrapa con su forma de enfrentarse a los hechos como simplemente estás deseando que pase lo más rápido posible a lo siguiente.

‘How To Talk To Girls at Parties’ acierta y falla bastante

Elle Fanning Talk Girls Parties

La otra consecuencia de esa apuesta es que la esencial trama romántica entre los personajes de Fanning y un efectivo Alex Sharp acaba diluyéndose. No por parte de la aportación de él, ya que sus sentimientos quedan claros rápidamente y son constantes, pero la actitud de ella resulta un tanto errática, y esto provoca que la fuerza emocional que deberían tener sus últimos minutos esté muy lejos del nivel deseable.

No obstante, esas debilidades nunca llegan a provocar que uno se aburra durante el visionado de ‘How To Talk To Girls at Parties’, ya que incluso en los momentos menos inspirados hay algún detalle que hace que sigas interesado en la siguiente ocurrencia. Ya sea la entregada actuación de una Nicole Kidman con un look que hace pensar en el personaje de David Bowie en ‘Dentro del laberinto’ o la propia mitología de esos peculiares extraterrestres.

El auténtico problema es que Mitchell no termina de conseguir que cuajen esas dos vertientes de la historia. Sí que sabe cómo potenciar cada una de ellas, sobre todo en términos estéticos y de utilización del humor, y su tratamiento de los personajes es estimulante, incluso en el caso de aquellos con una importancia bastante secundaria, pero cuando llega la hora de mezclar simplemente hay algo que no encaja.

En definitiva, ‘How To Talk To Girls at Parties’ es una película con energía, un buen puñado de escenas divertidas y que cuida lo suficientemente bien a sus personajes. A cambio, también es un tanto anárquica y tan pronto te saca una sonrisa o incluso una carcajada como simplemente ampliar el metraje sin aportar nada de importancia. Pese a todo, se disfruta, pero se queda lejos de ser la mejor versión posible de sí misma.

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