Oscar 2018: una gala tan sobria como previsible, con acento mexicano y necesarias reivindicaciones

Oscar 2018: una gala tan sobria como previsible, con acento mexicano y necesarias reivindicaciones

26 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Oscar 2018: una gala tan sobria como previsible, con acento mexicano y necesarias reivindicaciones

La 90ª gala de entrega de los Óscar ha cerrado la herida que dejó abierta la anterior edición. Todos recordaremos la ceremonia de 2017 por ese inesperado giro al final, cuando un productor de 'La La Land' tomó el micrófono y anunció que había habido un error, y la verdadera película ganadora era 'Moonlight'. El épico y ridículo "envelopegate".

Por unos instantes, la posibilidad de que volviera a ocurrir algo similar cruzó las mentes de todos los espectadores al ver cómo Faye Dunaway y Warren Beatty aparecían en el escenario para entregar (otra vez) el último Óscar de la noche. Era la mejor forma de asegurarse de que no habría otra equivocación: un rayo no cae dos veces en el mismo sitio (o eso dicen). Y se cumplieron los pronósticos: 'La forma del agua' se alzó con el Óscar a la mejor película, el cuarto para la obra de Guillermo del Toro.

Kimmel cumplió

Dijo Jimmy Kimmel que no iba a hacer bromas sobre los escándalos sexuales. Y yo comenté que era un error porque era el gran tema de los últimos meses en Hollywood, no debía evitarlo. Por suerte, nos engañó (o cambió el plan). Hizo referencia a las denuncias de acoso sexual en el monólogo de apertura, nada más arrancar, algo que aún no ha hecho en su talk show desde que estalló la polémica en octubre. Y dedicó un momento para recordar la brecha salarial con motivo de 'Todo el dinero del mundo'.

Como el año pasado, no faltó el encuentro de estrellas con gente corriente. No es Kimmel un cómico brillante, y quizá no será recordado como uno de los mejores presentadores que han tenido los Óscar, pero aprendió del año pasado y mejoró su labor como maestro de ceremonias, demostrando que puede echarse sobre los hombros la gala de premios más famosa del mundo y ofrecer un entretenimiento eficaz y sobrio. Es un excelente profesional que, esta vez así, estuvo siempre en control de la situación. Sin olvidar los dardos a su archienemigo, Matt Damon.

Acento mexicano, diversidad y discurso feminista en los Óscar

Se hizo espacio para la (necesaria) reivindicación. Sin embargo, a diferencia de los Globos de Oro, aquí se hizo de forma natural, integrada en el espectáculo y en la celebración de las películas nominadas. Hubo una pieza titulada 'Nuevas voces', dedicada a la diversidad en la industria, defendida con argumentos como el éxito comercial o la posibilidad de ampliar el impacto de las películas, al permitir que las mujeres y artistas de todas las etnias puedan plasmar sus historias, en lugar de un cine dominado por el hombre blanco. Fue muy aplaudido.

Los asistentes dejaron claro que es hora de cambiar las cosas en la industria. Se volcaron con películas como 'Lady Bird', 'Call Me By Your Name' o 'Déjame salir' ('Get Out'), cuyo autor, Jordan Peele, subió al escenario para agradecer el Óscar al mejor guion original. Se criticó de manera poco disimulada el plan de Donald Trump de levantar un muro para separar a Estados Unidos de México, y casualmente o no, el palmarés tuvo un fuerte acento mexicano.

Ambientada en ese país, 'Coco' se alzó con dos estatuillas, mejor película animada y mejor canción. Y Guillermo del Toro triunfó como director y como productor de 'La forma del agua'. Por cierto, en cuatro de los últimos cinco años, el Óscar a la mejor dirección ha sido para un cineasta mexicano (Del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro G. Iñárritu en dos ocasiones). También fue una noche feliz para los chilenos con el triunfo de 'Una mujer fantástica' en la categoría de mejor producción de habla no inglesa. Daniela Vega, de paso, hizo historia: primera mujer transexual que presenta un Óscar.

Y el gran momento de la noche llegó con Frances McDormand. Como se esperaba, fue coronada como la mejor actriz protagonista por 'Tres anuncios en las afueras' y no defraudó durante su discurso de agradecimiento: dejó el Óscar en el suelo, hizo que todas las mujeres se pusieran de pie y reclamó a los hombres que observaran. E hizo una petición: "inclusion rider", una cláusula para asegurar que realmente Hollywood deja atrás los tiempos oscuros.

Unos Óscar sin grandes sorpresas pero con sensación de justicia

No decepcionó tampoco el vídeo de In Memoriam, emocionante y con la voz de Eddie Vedder. Por lo demás, Netflix logró su primer Óscar con el premio al mejor documental para 'Icarus'. James Ivory se alzó con el premio al mejor guion adaptado por 'Call Me By Your Name', convirtiéndose en el oscarizado de mayor edad (89 años, cumple 90 en unos meses). Roger Deakins por fin pudo levantar el Óscar después de 13 derrotas, gracias a la fotografía de 'Blade Runner 2049'.

Como apuntaban las apuestas, no hubo ninguna sorpresa en los apartados de interpretación: ganaron los mismos cuatro actores que arrasaron en la temporada de premios, McDormand, Gary Oldman ('El instante más oscuro'), Allison Janney ('Yo, Tonya') y Sam Rockwell ('Tres anuncios en las afueras'). Todos blancos, por cierto, aunque no ha importado este año. Quizá ha ayudado que han sido tan favoritos durante estas semanas previas que otro resultado se habría visto forzado. Oldman, Janney y Rockwell tienen ya su primer Óscar, y es justo.

Entre las grandes perdedoras, 'El hilo invisible' ('Phantom Thread') de Paul Thomas Anderson, aspiraba a 6 premios y sólo se llevó un Óscar: mejor vestuario, ¡como para no ganarlo! 'Dunkerque' sumaba 8 nominaciones y aunque ganó 3 estatuillas, fue en apartados técnicos, los dos de sonido y montaje. Christopher Nolan tendrá que seguir esperando su momento de gloria. Curiosamente, 'Lady Bird' llegó como uno de los títulos que lideraban el cambio en Hollywood, con Greta Gerwig nominada como guionista y directora, y se va de vacío: 0 de 5.

Fue, por tanto, una gala de premios muy repartidos y escasas sorpresas, si bien se lograron cuatro grandes objetivos: se reivindicó la diversidad en el cine, se apoyó a las víctimas de los escándalos sexuales, la gala no se hizo pesada y no hubo problemas con los sobres. Objetivo cumplido. ¿Se premió el mejor cine? Eso ya es otra cuestión, discutible. 'La forma del agua' era la opción más fácil. Es bonita, impecable, inofensiva. No podemos pedir riesgo y valentía todos los años. Son los Óscar, para bien y para mal.

Comentarios cerrados
Inicio