La mentira del actor de reparto

La mentira del actor de reparto
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Vamos a hablar un poco del tema de los premios a actores, y por extensión de su trabajo. El actor. Esa especie en extinción, la mayoría mal pagados e ignorados, salvo unos pocos, en realidad un porcentaje ínfimo, que ganan cantidades demenciales de dinero, viven a todo tren, y a los que la mayoría de la gente se moriría por conocer, vaya usted a saber por qué. El caso es que con la reciente entrega de los absurdos Globos de Oro (que alguien me explique por qué unos premios entregados por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood son tan importantes), y con la vara que han dado con el desaparecido Heath Ledger, quien se ha alzado con el Globo de Oro al mejor actor en papel de reparto por su genial Joker, podríamos reflexionar un poco sobre la tontería, la mentira, la falacia esa de los actores de reparto.

Y es que en el desquiciado mundo del cine, todo se etiqueta, se programa y se decide en base a prejuicios, chorradas y lugares comunes. No recuerdo ahora quién dijo (aunque seguro que hay algún lector avispado que lo sabe y me lo comenta) eso de que “no hay papeles pequeños”. Porque en interpretación es una gran verdad. Cualquiera de esos tipos que ponen su jeta delante de una pantalla debería saber que aunque permanezca breve tiempo enfocado por una cámara, un mal trabajo echa a perder una secuencia entera, y quizá la película. A fin de cuentas, el cine, como el teatro, no va de las sillas, ni de otra cosa que de las personas.

Al grano: ¿por qué Heath Ledger es actor de reparto en ‘The Dark Knight’?. Además la cosa está aceptada de la manera más natural. En plan: “por supuesto que es actor de reparto”. Y eso aunque todo el mundo lleva el año entero hablando sin parar de su trabajo (mitificado por el mazazo de su repentina muerte). Se supone que el prota, el motor de la película, es Christian Bale. Pero el verdadero protagonista, el personaje que todo el mundo quiere ver, está claro quién es. ¿Es eso un actor…secundario?

Hace casi dos décadas Anthony Hopkins asombró al mundo entero con otro villano legendario. Su Hannibal Lecter conmocionó el cine en la insuperable ‘El silencio de los corderos’, una de esas obras maestras que de cuando en cuando nos asombran a todos. Y en un caso de rara lucidez, los lumbreras de la academia de Hollywood decidieron convertir a aquella película en una de las tres únicas con los cuatro Oscars principales (película, director, actriz y actor, además de guión adaptado) de la historia. El actor principal fue, cómo no, Anthony Hopkins. Sin embargo, en cuanto a importancia externa, no tiene más que, por ejemplo, Ted Levine, el aterrador Buffalo Bill de la película.

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Lecter aparece en ocho secuencias, ocho, en toda la película: cuatro entrevistas con Clarice, una con Chilton, una con la senadora, la larga secuencia de la huída y la llamada telefónica final. Sin embargo nadie duda de que es el coprotagonista junto a la omnipresente Jodie Foster. ¿Por qué entonces Heath Ledger no es el coprotagonista, sino el protagonista absoluto, de su película? Su peso no es menor, sus apariciones son más numerosas, y es el personaje que más interesa a todos. Pues sencillamente porque ‘El silencio de los corderos’ es una película seria, de prestigio, un drama policiaco sobrio y doloroso, y ‘The Dark Knight’, aunque nadie niega su brillantez, es un cómic llevado a la gran pantalla. Ni más ni menos.

Algo similar sucedió en otra película de Ledger, la bellísima ‘Brokeback Mountain’. ¿Por qué Jake Gyllenhaal fue nominado al Oscar al mejor actor en papel de reparto? De acuerdo, sobre todo nos quedamos con Ledger. Pero entre los varios elementos que engrandecían la interpretación de este actor, uno era la valiente y arrojada composición de un excelente Gyllenhaal. Además, según los cánones clásicos, tampoco sería “de reparto”, pues la película cuenta la historia de ambos. Es, salvando las distancias, lo mismo que proponer a DiCaprio como mejor secundario en ‘Titanic’ porque la historia es de la Winslet más que suya.

Todo esto responde a necesidades de mercado, como todo en la vida. Gyllenhaal tenía más opciones yendo como secundario, y le dejaba más opciones a Ledger en solitario como principal. Ni más ni menos. El mismo año que ‘El silencio de los corderos’, y no es casualidad, dos actrices, Susan Sarandon y Geena Davis, compitieron juntas por el oscar a mejor actriz principal, por la estupenda ‘Thelma & Louise’, y no pasó nada. De acuerdo, no ganaron, pero eso es lo menos. De acuerdo, la historia era más de Louise que de Thelma. Pero eso también era lo de menos.

Al menos allí, en los Oscars, dicen “best actor in a supporting role”, que vendría a ser mejor actor en un papel secundario. Aquí en España, en nuestros Goya, que ya no se llaman así, decimos Mejor Actor Secundario. Como si le rebajasen, ignorando que un actor principal sin un actor con menos tiempo que le sostenga el papel, no brilla tanto. De hecho, ¿qué tiene más mérito? ¿Aparecer 5 minutos y quedarse en la retina del espectador, o lucirse toda la película y exigir por insistencia permanecer en el recuerdo? No sé yo.

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