Hay gente que no puede esperar en 'First Dates'. Rayco y Jesús empezaron marcándose un baile desenfrenado y les faltó tiempo para acabar liándose en el sofá del reservado.
Instinto básico
Rayco tiene 29 años, es técnico deportivo y viene desde Las Palmas. Su grupo de amigas se llama "el club de las zorras" y dice que no le ha ido muy bien en el amor porque estaba casado con su trabajo cuando era bailarín. Reconoce que le suelen gustar mayores que él y vino buscando a su príncipe azul.
Casi se le disloca la mandíbula cuando vio llegar a Jesús con la camisa abierta y haciendo un bailecito sexy. Él es de Cádiz, tiene 47 años y trabaja como carnicero. A Rayco le encantó cómo se le tiró encima y le llevó las manos a su pecho descubierto: "Eso es una almohada, yo ahí puedo dormir".
A Jesús le gustó su rollo "tímido pero descarao" y a Rayco le hizo gracia que fuera carnicero: "Me voy a llevar el filete a casa". Le contó a su cita que se apaña muy bien solo pero a veces echa de menos los mimos: "Mínimo, necesito mi polvo mañanero. El de: 'Cari, no tengo tiempo', con todas las hormonas de la mañana".
Jesús contó que era muy entregado en las citas: "Si tú me das todo, yo te lo doy todo y mañana nos decimos los nombres si hace falta". También se lanzó a decirle a Rayco con qué plato de comida le comparaba: "Eres como un plato de gambas al ajillo: calentito, picante y rico, rico".
En el reservado, Jesús le puso un antifaz y empezó a besarle apasionadamente. Cuando la cita subió demasiado de tono, tuvieron que parar: "Dos minutos más y la cosa acaba en una fiesta erótico-festiva. ¿Se puede pedir una cita sin cámaras?".
Estaba claro que el restaurante se les quedaba pequeño y fueron corriendo a la decisión final a manifestar su entusiasmo por seguir conociéndose, ya que habían visto que tenían cosas en común, como su tendencia a dejarse llevar.
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