'Boardwalk Empire', arrinconando a Nucky Thompson

'Boardwalk Empire', arrinconando a Nucky Thompson
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Siempre cumplo mis promesas, James, y te voy a hacer una ahora: Voy a arruinarte. A todos vosotros.

Boardwalk Empire‘ se despedía el año pasado con una promesa, la de acabar con la soberanía de Nucky Thompson dentro de la mafia del alcohol, y ha regresado con una aún mayor: la de recuperar ese puesto cargándose a todos los que han intentando ponerse en su camino. No diré que la segunda temporada está siendo mejor que la primera, pero sí que mantiene muy dignamente el nivel que presentó el año pasado, combinando con maestría toda la trama del tráfico ilegal y los tejemanejes con unas historias sentimentales y personales que llegan a poner los vellos de punta.

Me resulta curioso ver cómo la mayoría de personajes han cambiado completamente su rol en apenas unos capítulos. Nucky ya no es el hombre más poderoso e influyente de Atlantic City, y Jimmy ya no es su perro faldero. Margaret no es la mojigata defensora del bien que conocimos en los primeros episodios, y el Comodoro y Elias ya no se quedan en un segundo plano. Está claro que las cosas empiezan a cambiar en Atlantic City, pero lo que sí me está quedando claro es que esto es sólo el principio de una guerra que ya ha tenido su primera explosión, y lo más gordo está todavía por llegar.

Pensábamos que esta temporada iba a ser la de la caída de Nucky (Steve Buscemi); su detención en el primer episodio y los ataques a sus suministros de alcohol le dejaban en una posición demasiado comprometida, mientras que el Comodoro, Elias y Jimmy se iban haciendo cargo de todos los negocios que el tesorero dejaba sin suministro. Pero con el derrame cerebral del padre de James (perdiendo por tanto todos los contactos y las influencias políticas que tenía) y la triquiñuela que Nucky se ha sacado de la manga para convertir el fraude electoral en un delito federal, donde tiene contactos para que todo desaparezca sin más, su futuro se aclara un poco más. Lo que yo digo, una guerra en toda regla.

Pero como siempre en ‘Boardwalk Empire‘, la trama delictiva es sólo el escaparate de lo que se esconde en el interior. Por mucho que algunos se empeñen, no es una serie sobre mafiosos, sino que su verdadera grandeza se encuentra en los personajes, en sus sentimientos, su pasado y en cómo se relacionan unos con otros. En este sentido, es destacable la importancia que está tomando el sector femenino dentro de una serie con tanta testosterona. Comenzando por la propia Maggie (Kelly MacDonald), completamente asentada dentro de su vida acomodada e incluso ayudando a Nucky a escapar de las acusaciones que sobre él recaen. Se ve que quien prueba el poder ya no lo abandona.

También me quedo con el avance de Angela Darmody (Aleksa Palladino), que ya tuvo su trama lésbica en la pasada temporada y que este año está teniendo sus más y sus menos con Richard (Jack Huston). ¿Se trata sólo de una simple amistad con la mano derecha de su marido o algo más? Lo veremos en los próximos capítulos. La que sí se está convirtiendo en la estrella de “Boardwalk”, si es que no lo era ya, es Lucy (Paz de la Huerta), que cada vez que aparece se come la pantalla.

Como ya he dicho en alguna ocasión, a Lucy le corresponde la mitad de la grandeza de ‘Boardwalk Empire’, le da ese toque casi divertido y representa la mala vida que todos aborrecen pero a la que la mayoría no se puede negar. Nos da los momentos más cómicos, y también los de mayor intensidad, como ese intento de suicidio en el tercer capítulo o el pausado baile al ritmo de su nuevo tocadiscos. Con cuatro episodios emitidos y una tercera temporada ya confirmada, ‘Boardwalk Empire’ tiene por delante más de veinte episodios para enseñarnos toda su historia. Siéntense y disfruten, que por suerte esto va para largo.

En ¡Vaya Tele! | ‘Boardwalk Empire’, brindemos por esos ignorantes bastardos

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