Una de las cosas que más me fascinan a la hora de ver una serie es cuando te llega la certeza de que una ficción en concreto no podría ser concebida fuera de unos límites geográficos. Pasa mucho con las comedias británicas que son tan características en su concepción que resulta difícil su traslación a otros mercados. Esta cualidad de "britanicidad" reside en una de las últimas series de la pérfida Albión en aterrizar en nuestro país: 'The end of the f***ing world'
Como un regalo de noche de Reyes (y junto a la segunda temporada de 'Dirk Gently: Agencia de investigaciones holísticas'), Netflix puso a disposición de todo el mundo esta dramedia oscura coproducida junto a Channel 4, que la emitió en Reino Unido el pasado octubre de 2017. Ocho episodios de apenas veinte minutos de duración que se ven en un suspiro, siendo casi su única virtud.