Que Adèle Haenel ha sido una de las grandes actrices europeas de la última década no es ningún secreto, y sus papeles en títulos como 'La chica desconocida', '120 pulsaciones por minuto' y, por supuesto, la espléndida y multipremiada 'Retrato de una mujer en llamas' así lo demuestran. Pero la carrera de la parisina ha sido tan intensa y brillante como relativamente breve.
Una cuestión política
El pasado 2020, Haenel decidió abandonar por completo la industria del cine después de que Roman Polanski se alzase con el César al mejor director por 'El oficial y el espía'; momento en el que la intérprete abandonó el recinto en el que se celebraba el evento al grito de "¡Viva la pedofilia!". Un incidente ocurrido pocos meses después de su denuncia por acoso sexual al realizador Christophe Ruggia por unos hechos presuntamente ocurridos cuando ella tenía entre 12 y 15 años.
Desde entonces, la actriz ha abanderado el movimiento #MeToo francés y se ha mantenido muy activa en el ámbito del activismo político, siendo su último acto la publicación de una durísima carta publicada en la revista Telerama en la que explica que su decisión de retirarse de la interpretación fue un acto político.
A continuación os dejo con algunos de los extractos más destacados de la misiva, en la que Haenel señala directamente los nombres de Gerard Depardieu, Roman Polanski y Dominique Boutonnat y critica con dureza la postura de la industria cinematográfica europea.
"He decidido politizar mi retirada de la industria cinematográfica para denunciar su complacencia generalizada hacia los agresores sexuales."
"Digámoslo claramente: mientras la biodiversidad colapsa, la militarización de Europa despega y el hambre y la miseria se extienden, ¿por qué el mundo del cine, reunido en los Premios César para promocionar sus películas, está obsesionado por mantenerse 'alegre'? Para asegurarse de que no hablan de 'nada'".
"En un contexto de movimiento social histórico, estamos esperando para ver si los grandes jugadores de la industria cinematográfica esperan, como los patrocinadores de la industria del lujo, que las fuerzas policiales se aseguren de que todo suceda como de costumbre en la alfombra roja del Festival de Cannes".
"Mientras tanto, todos se unen para salvar las imágenes de Depardieu, Polanski y Boutonnat. Les perturba y molesta que las víctimas hagan demasiado ruido; preferirían que continuáramos desapareciendo y muriendo en silencio. Están dispuestos a hacer cualquier cosa para defender a sus jefes violadores, aquellos que son tan ricos que creen pertenecer a una especie superior, aquellos que hacen un espectáculo de esta superioridad... objetivando a mujeres y subordinados".
"No tengo otra arma que mi cuerpo y mi integridad. La cultura de la cancelación en el sentido primario: tú tienes el dinero, la fuerza y el poder, te regocijas en ello, pero no me tendrás como espectador. Te cancelo de mi mundo. Me retiro, me declaro en huelga, me uno a mis camaradas, cuya búsqueda de significado y dignidad prevalece sobre la del dinero y el poder".
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