El triunfo de 'As Bestas' ha sido inapelable en los últimos premios Goya, y no ha sido un arrase mayor porque también competía en lo técnico con el fabuloso ejercicio de ambientación de 'Modelo 77'. Un resultado con cierto sabor agridulce, por el hecho de que una película se imponga tanto en un año tan bueno y diverso para el cine español, pero sin duda un merecido reconocimiento para Rodrigo Sorogoyen, uno de los cineastas más en forma en nuestro país.
Lo hizo con una película que hace evolucionar su manera de hacer thriller, un género muy en boga en la industria nacional aunque no siempre arrojando los resultados más emocionantes. Sorogoyen es uno de los que ha ofrecido las películas más impresionantes del género, destacando su otra gran película que arrasó en los Goya y que le reconoció como uno de los realizadores del momento: 'El reino'.
Está todo pagado
Aunque se quedó sin el premio gordo de mejor película (que se llevó 'Campeones') su dirección, su guión junto a Isabel Peña, sus actores Antonio de la Torre y Luis Zahera y el montaje de Alberto del Campo tuvieron su justo reconocimiento. Y no habría sido descabellado que tanto la fotografía como la música (impresionante chute electrónico de Olivier Arson) también hubiesen sido premiados.
La película indaga en las partes más abyectas de la corrupción política en nuestro país, siguiendo a un vicesecretario autonómico al que interpreta De La Torre que va a ser imputado por la trama de corrupción en la que ha estado metido junto a otros miembros del partido. Comienza así una nerviosa odisea por intentar esquivar la cárcel o, al menos, no ser el único que pringue en todo el asunto.
Sorogoyen y Peña se cuidan de emplear nombres reales que puedan poner en un compromiso al proyecto, pero no es difícil ver como en este partido ficticio se van entremezclando los dos principales partidos políticos de España y los diferentes escándalos autonómicos. Las alusiones, eso sí, juegan un poco en su contra si tu mente se dedica a desentrañar que personalidad pública (o personalidades) está siendo referenciada con determinado personaje (a mí me sucede, mi mente va así).
'El reino': descenso meteórico
Juntar todos los problemas de los diferentes partidos en un mismo ente es una decisión muy consciente, tratando de indagar en la corrupción a nivel social que queda más explícita en una aparentemente trivial escena en un chiringuito. Es un claroscuro moral con el que la película se arriesga, aunque no deja de resultar un cañonazo contra los trabajos interesados y aquellos cómplices en dejar indemnes a estos criminales.
Resulta una película exitosa sobre todo por el increíble pulso de Sorogoyen a la hora de dirigir, manejando bien la escalada de la tensión y señalando el carácter volátil y vengativo de este condenable protagonista. Su forma de emplear los códigos del thriller y malearlos para explorar esta psique perturbada y decidida muestra cómo Rodrigo bebe mucho de la esencia de Michael Mann (también se nota mucho en su serie 'Antidisturbios'), y cuando tienes un referente así es difícil no hacer una película tan potente como distinguible del resto.
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