'La guerra de las galaxias: El retorno del jedi' (y 2)

'La guerra de las galaxias: El retorno del jedi' (y 2)
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Lo habíamos dejado en el momento en que Luke se entera de que Leia es su hermana, y cuando la flota rebelde se reúne para un intento desesperado de acabar con la Estrella de la Muerte, igual que en ‘Una nueva esperanza’, y aunque la reunión no está del todo mal, carece la fuerza de aquella. La dirección de actores es paupérrima, y la planificación sosa y sin chispa, como en un telefilme. Es cargante observar cómo todos los personajes parecen angelitos de la caridad, y hasta se sonríen entre sí como si estuvieran en ‘La casa de la pradera’. Un verdadero pastelón, no parece que vayan a enfrentarse a una muerte segura, probablemente porque saben (y sabemos) que no van a morir.

La cosa está clara, cortar el blindaje de energía desde la Luna de Endor, y así la flota tendrá alguna oportunidad de acceder a la estación de combate. Hay un reencuentro forzadísimo entre Luke, Leia y Han…¡en esa misma sala! Ahí, ahorrando escenarios. A continuación, un diálogo bastante penoso entre Han y Lando (para prestarle el Halcón Milenario, cuando quizá debería haberlo conducido él, aunque claro, eso ya sería parecerse mucho a la primera parte…ejem), en el que sólo les queda darse un buen beso húmedo. No tiene explicación de qué forma pensaban que esto sería buen cine de aventuras, con nuestros queridos personajes enfrentándose a una misión suicida.

Algo mejor, y recordando un poquito la tensión y la oscuridad de la segunda parte, es el momento en el que el grupo se infiltra en el bloqueo imperial para acceder a la Luna. Por supuesto, Vader sabe que su hijo viaja en ese vehículo que se hace pasar por imperial, y por supuesto le permite pasar porque allí se encontrará con él. A partir de aquí observamos también que los personajes de Han y Leia (curiosamente como le sucede a Amidala en la sexta parte) han perdido mucha chispa también, y que tanto Ford como Fisher parecen aburridos y sin energía. Concretamente Fisher parece que está en otra película.

Luces y sombras en Endor

Nada más llegar al bosque de Endor tiene lugar la bastante frenética carrera de moto-jet, que es una de las secuencias más recordadas de la película. Tiene cosas buenas y cosas malas. Malas las peleas, que están totalmente coreografiadas y quedan muy falsas. Buenas el empleo de la cámara en la persecución, quedando totalmente realista la velocidad de esas motos. También es interesante que no se emplee música en esa persecución. Ahora puede quedar un poco anticuada, pero lo cierto es que tiene su mérito y algunos planos sensacionales.

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Esto podría haber dado lugar a un bloque de aventuras realmente bueno, pero se queda en unos cinco minutos de acción y poco más, para dar paso a esa creación tan discutida y tan poco interesante de los ewoks (en lugar de recurrir a una tribu de wookies, que era la intención inicial), que son básicamente ositos de peluche con gorras de piel. Al final tenemos simplemente un bosque de enormes abetos como decorado principal de la película, que palidece mucho frente a Dagobah o Bespin en la segunda parte. Y revienta uno de diabetes en secuencias como el encuentro de Leia con Wicket Wystri Warrick, el primer ewok que sale en la pantalla.

El reencuentro de todos es una pretendida escena bufa que podría aparecer tranquilamente en cualquier película de Bud Spencer y Terence Hill. Los osos de peluche les tienden una trampa a los rebeldes (porque son unos soldados muy preparados, ejem…) cuando Chewbacca atrapa un cebo en mitad del bosque. Les rodean, pero en cuanto ven a C3po le toman por una especie de deidad y le aupan como a un Dios. Pese a todo, nada puede hacer C3po, porque ellos van a ser el banquete en su honor, tampoco puede hacer nada Leia, que aparece de improviso con unos rizos de permanente que sólo se pueden conseguir en un poblado Ewok. Menos mal que está Luke para hacer volar la silla del droide como demostración de su ira divina.

Esta secuencia dura muchísimo, carece de la menor gracia, y estropea el buen comienzo en Endor con las moto-jet. Pero tampoco la siguiente es mejor, con C3po relatando a los ewoks la historia de los tres protagonistas en su idioma nativo. Muchos ewoks y mini-ewoks (aún más cucos, si cabe), algunos de los cuales frotándose con Han con mucho amor. Al menos, un buen chiste, que es cuando les declaran miembros de la tribu, se forma una gran algarabía, y Han, muy cínico, responde al abrazo de un ewok: “¡es lo que siempre deseé!”. Fuera de la tienda, con uan bonita luz nocturna, Luke le cuenta a Leia que son hermanos. Huelga decir que el diálogo carece de la menor fuerza. Mark Hamill está muy bien (es el mejor de la película), pero a Fisher se la ve como sin ganas. Es increíble cómo recibe la noticia de que Vader es su padre y Luke su hermano. Y más increíbles son los celos de Han al no poder saber la verdad, lo que le desdibuja completamente como personaje.

La redención de Darth Vader

Una vez comienza la batalla más importante de toda la trilogía, en la que hay bastantes aspectos interesantes, también somos testigos de momentos sonrojantes. Como el modo en que Han llama la atención del último soldado imperial que guarda la puerta del generador, éste le persigue, y se encuentra de bruces con más rebeldes. Realmente parecen chavales jugando en el bosque, no se han roto los cuernos. Y era perfectamente de esperar que en ese momento aparecieran muchas tropas imperiales, entre otras cosas porque ya lo sabíamos. Como también sabíamos que vendrían los osos de peluche a salvar a los personajes.

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Mucho mejor batalla, más emocionante desde luego, es la que se sucede alrededor de la Estrella de la Muerte. Ahí sí hay épica y sensación de peligro y tragedia, acompañado todo de una fantástica creación de John Williams que el lector puede oir arriba del todo de estas líneas. Los rebeldes se meten en un verdadero avispero de cazas enemigos, y los de Industrial Light & Magic echan el resto para una serie de bloques realmente espectaculares, con multitud de maquetas coexistiendo al mismo tiempo en el plano, sin la menor sensación de confusión o mareo.

En cuanto a intensidad psicológica, la lucha de Luke con su padre, que es una lucha al mismo tiempo verbal y física, es realmente lo mejor de la película, con ese observador cruel y artero que es Palpatine. Ciertamente, el combate a espada está bastante menos logrado que el que ambos mantuvieron en ‘El imperio contraataca’, pero así y todo es lo suficientemente violento y espectacular. Es muy hermoso el modo en que Luke intenta atraer a su padre, en cada parón del combate, hacia el lado bueno, mientras el otro se resiste a hacerlo. También es interesante que una vez le corta la mano a su padre (poseído por una ira peligrosa) comprende que la única manera de vencer es, precisamente, sin pelear.

Creo que le falta algo de fuerza a la muerte final de Sidious, que se limita a destruir el sistema de respiración de Vader cuando éste le echa al pozo, pero como en paralelo estamos viendo a los cazas rebeldes introducirse (alucinante maqueta, por cierto) en las entrañas de la estación espacial, pues perdonamos algunas torpezas. Una cosa es segura: creo que se equivocaron rotundamente al mostrar el rostro (apacible y avejentado) de Vader. Era mucho más misterioso no haberle visto la cara jamás. También hay torpezas como en el beso final de Han y Leia, carente de todo interés romántico (realmente ellos sí parecen hermanos…). La fiesta final en el poblado ewok, en plan “party boy-scout” queda feísima, y buena prueba de ello es que cuando Lucas estrenó las versiones extendidas, añadió imágenes de algunas de las ciudades más importantes de la galaxia, en algarabía y felicidad por haber derrotado al tirano.

Conclusiones a la primera trilogía

Viendo a Luke despedirse de su maestro, su mentor y su padre (imagen también cambiada, por desgracia, en las ediciones extendidas), se acaba esta pobre película, que apenas tiene buenos momentos aislados y de la que cabía esperarse mucho más, fanatismos aparte. Se deja ver y, por decirlo de alguna manera, está bonita. Pero este supuesto final apoteósico no convenció a muchos seguidores de La Fuerza. Lo cierto es que la trilogía, en realidad, tiene mucho de improvisada sobre la marcha, lo cual no es algo necesariamente malo, pero se le ven demasiado los flecos. La más sólida, sin duda, la segunda, y la primera la más bella y personal. Esta tercera, sin duda la más floja

Muchos daban por muertos esta saga, otros creyeron eso de que era una trilogía de trilogías desde el comienzo. La mayoría nos dedicamos a jugar a sus videojuegos y poco más. Pero, sorpresa, Lucas volvió a ponerse tras las cámaras en 1999.

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Especial ‘La guerra de las gaxias’ en Blogdecine

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