El gran error de Netflix con 'Stranger Things 4' no tiene nada que ver con lo buena o mala que sea la temporada

Stranger Things Temporada 4 Escena
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Este próximo viernes 27 de mayo llega a su fin una espera que comenzó el 4 de julio de 2019, fecha de estreno de la tercera entrega de 'Stranger Things'. En condiciones normales, el lanzamiento de la cuarta temporada de la serie creada por los Duffer debería ser simplemente un motivo de celebración, pero a la hora de la verdad es probable que acabe eclipsado por 'Obi-Wan Kenobi'. Que para la vuelta de Ewan McGregor a 'Star Wars' hemos esperado mucho más.

A estas alturas todos estamos familiarizados con la estrategia de lanzamiento de Netflix con sus series originales: todos los episodios de cada temporada de golpe. Lo máximo ha sido excepciones de dividir alguna temporada en dos partes, recurso explotado a menudo para sus entregas finales. Eso da pie a que cada dos por tres puedan hablar de récords con millones de horas reproducidas, pero lo que a veces se nos olvida es el lado pernicioso de esa táctica.

Quemando tus naves demasiado rápido

Por lo pronto, muchas series acaban condenadas al olvido inmediato. Se estrenan demasiadas cosas y a veces nos enteramos antes de su cancelación que de su mera existencia. Pero los estrenos más potentes también se ven afectados, ya que su vida se acorta entre los amantes de las series de televisión. Ideal para aquellos que quieren verlo lo antes posible, pero nocivo para el impacto real de las mismas entre el público.

Y es que entonces surgen dos situaciones mucho más habituales de lo que cualquiera desearía: tener que verlo todo ya mismo para que no te revienten ninguna sorpresa y porque solamente durante unos días se hablará con verdadera intensidad de todo o acabar dejándolo de lado porque no pudiste verlo en el momento, pudiendo incluso llegar a acabar hastiado del título en concreto sin verlo.

Con esto no quiero decir que todas las series se beneficiarían de un ritmo de emisión semanal, pero sí que a todas no les sienta bien el modelo de los maratones forzosos. El caso de 'Stranger Things' seguramente se sitúa entre ambas realidades, pero ha llegado un momento en el que Netflix necesita de eventos para reforzarse ante la posición de debilidad que atraviesa últimamente.

A eso hay que sumar que los episodios de la cuarta temporada de 'Stranger Things' son especialmente largos: ninguno baja de la hora de duración y el último será el más largo de la serie. De hecho, en total son 9 episodios para casi 13 horas, algo que quizá haya influido en la decisión de reservar dos episodios para el 1 de julio. ¿Un tímido intento de empezar a alejarse de esos maratones que queman muchísimas más series a las que ayudan en algo? Inédito sí que es.

El (no) golpe encima de la mesa

No obstante, lo que va a conseguir así es que los siete primeros episodios se consuman rápido y en competencia directa con 'Obi-Wan Kenobi', que tendrá un nuevo episodio la semana siguiente y la siguiente hasta llegar a su final 22 de junio. 'Stranger Things' no dejará de perder fuerza en todo ese tiempo, perdiendo así de forma innecesaria la condición de gran fenómeno televisivo de este verano. Sí, luego estrenará dos episodios que prometen ser tremendos, pero quien golpea primero golpea dos veces.

Además, esto sucede en un momento en el que Netflix no se puede permitir ser visto en inferioridad a Disney+. Y es que quizá dividirlo en dos partes con tan poca diferencia sea una primera intentona, pero aquí hacía falta dar un golpe encima de la mesa y dejar claro que 'Stranger Things' es LA SERIE, y no lo ha logrado.

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