'La Huella', la incomprendida inteligencia de Branagh

'La Huella', la incomprendida inteligencia de Branagh
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Está claro que Kenneth Branagh va a tener que morirse para que le valoren como el genio que es. Desde su monumental 'Frankestein' no ha tenido ni un sólo éxito como director, a pesar de haber firmado grandes obras. Después de la lamentable distribución de sus dos últimas películas, la magnífica 'La Flauta Mágica' y la aún inédita por estos lares 'As You Like It', algunos vaticinaban que el director británico regresaría por la puerta grande con este remake de la inmortal película de Joseph L. Mankiewicz, algo con lo que un servidor estaba de acuerdo. Por fin Branagh volvería a hacerse notar entre la audiencia.

Pero una vez más la mala suerte ha acompañado a este director, pues en los USA la distribución de 'La Huella' ha sido limitada, y en nuestro país ha tenido que competir con la promocionada 'El Orfanato', que todo habitante de este país acude a ver a pesar de ser infinitamente inferior al film que nos ocupa. Así que a esta obra no le va a acompañar una buena carrera comercial por buena que sea, vistas como están las cosas. Yo sólo espero que a Branagh no le dé por refugiarse únicamente en la interpretación (actualmente rueda 'Valkyrie' de Bryan Singer), y vuelva a deleitarnos más veces con su estupenda forma de hacer cine. Mientras tanto podemos disfrutar de esta absoluta maravilla, que ante todo demuestra una gran inteligencia por parte de su director.

Inteligencia porque el director sabe de sobra que las comparaciones no van a hacerse esperar, y sabiendo eso, opta por una óptica distinta a la de Mankiewicz a la hora de adaptar la obra de Anthony Shaffer, y lo que es más importante, guardando un enorme respeto al film anterior al mismo tiempo que la homenajea en algún momento. Y es aquí donde Branagh hace algo realmente curioso, renunciando en cierta forma a lo que normalmente estamos acostumbrados en su cine. Si ésta era la película perfecta para que Branagh diese rienda suelta a su grandilocuencia visual, pudiendo marcarse antológicos planos secuencias como ha hecho en otras películas, se contiene y simplemente se limita a un montaje de planos concisos y certeros, que retratan tanto a los personajes como el frío escenario. Un escenario lujoso y moderno, apartado de la elegancia clásica del film de Mankiewicz, pero que al igual que en aquélla va en perfecta consonancia con la personalidad de su dueño.

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Otra de las diferencias a tener en cuenta en esta nueva versión, son los nuevos diálogos del perverso Harold Pinter, que visten la película de mala leche, añadiendo a lo ya conocido perlas como ciertas reflexiones geniales sobre Dios, o toda la parte final con sus connotaciones sexuales, algo que el film de Mankiewicz no explotaba. De esta manera, Branagh, ofrece a las nuevas audiencias que no conocen la historia algo a lo que acercarse por primera vez, sin descuidar para nada al espectador que se conoce de sobra la película anterior. Dicho de otra forma, el director se ha marcado un tanto realizando un remake como deberían hacerse todos los remakes, aportando algo nuevo sin traicionar el espíritu del original. Branagh lo consigue no teniendo además ningún interés en querer superar una película insuperable como es el film de 1972.

Pero que conste que esta nueva versión no hubiera visto la luz si no fuera gracias al empeño de Jude Law, que se enamoró de la historia cuando vio el film de Mankiewicz. Law es uno de los productores de 'La Huella', y por supuesto se reserva un papel, el que hizo Michael Caine en la anterior versión, siendo ésta la segunda vez que Law interpreta un personaje que ya había sido interpretado por Caine con anterioridad. Probablemente Law no está tan bien como lo estaba Caine, pero se compenetra a la perfección con su partenaire, que no otro que el propio Caine, pero en el personaje que una vez le hizo sufrir a él. Law alcanza sus mejores momentos en el comienzo del segundo acto por así llamarlo. Y Caine está simplemente impresionante, demostrando que es uno de los pocos actores vivos grandes de verdad. Atención a sus expresiones en la parte final de la película, sin pronunciar palabra en cierto momento, lo dice absolutamente todo.

Sólo un par de detalles me han disgustado un poco de esta película: SPOILERS. una bala de fogueo no hace que un cuerpo salga disparado hacia atrás como si recibiese un impacto; y más adelante, cuando Caine cuenta lo que le hizo al personaje de Law no es necesario el flashback explicativo FIN SPOILERS. De todos modos esto no impide disfrutar de una película absolutamente magistral, de lo mejorcito de este año que ya va terminando. Lamentablemente la distribución no ha sido la que realmente la película se merece, y algunos tendrán que esperar al dvd, que por cierto, a ver si cuando la editen a la venta se marcan un tanto y reeditan una buena copia de la anterior versión. Sería perfecto. En Blogdecine:

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