No es poco lo que logró Denis Villeneuve con su adaptación de 'Dune', porque era un jardín de cuidado en el que se metió. Pero volvió a salir airoso de un reto imposible -'La llegada' también tenía fama de novela inadaptable y 'Blade Runner 2049' consiguió estar a la altura de un clásico imbatible-, manteniendo la esencia de la novela de Frank Herbert mientras hacía un blockbuster fastuoso que se atrevía a nadar a contracorriente de las tendencias de esta clase de films de grandes presupuestos.
No obstante, cabe decir que es tan exitosa como muy astuta limando algunos aspectos extravagantes del material original, evitando que el espectador medio pudiera salir espantado de este mundo. Básicamente, lo que ya le sucedió a la adaptación previa de 'Dune' realizada por David Lynch, muy vilipendiada hasta por su autor pero no exenta de ciertas virtudes que la versión del canadiense carece.
Poder del desierto
Esta película de 1984, que podemos ver en streaming a través de Amazon Prime Video además de Filmin y Movistar+, contó con una producción tan ambiciosa como caótica, que es posiblemente uno de los grandes motivos por los que Lynch repudia el resultado final. El director venía aupado de el gran éxito de 'El hombre elefante', y hasta se podía permitir el lujo de rechazar otros grandes proyectos de ciencia ficción como 'El retorno del Jedi' antes de decantarse por 'Dune'.
Pero no iba a ser un camino de rosas. El libro ya estaba en proceso de adaptación desde hace años por Dino De Laurentiis, que veía aquí extrañamente una competencia directa contra Star Wars, y del mismo se había caído otro autor extravagante y de mucha personalidad como Alejandro Jodorowski. Lynch tenía además la casi imposible tarea de adaptar todo el primer libro y condensarlo en una película de dos horas (algo que Villeneuve tenía claro desde el minuto uno que era una idea horrible y por eso su decisión de realizar dos partes).
Además, el propio Lynch reconoció a posteriori su falta de conexión con el material original, que le fascinaba más la posibilidad de hacer una extravagante pieza de ciencia ficción. Todos elementos para un perfecto desastre, y así se ha visto su 'Dune' desde hace tiempo. Y es innegable que es una película con problemas, desde su decisión de trasladar casi de manera literal pasajes e incluso monólogos interiores -aquí en forma de voz en off- que trastoca por completo su ritmo, hasta ese montaje que intenta comprimir la inmensa historia en menos de dos horas y media.
'Dune': de perdidos al río
No por ello dejan de haber cosas a apreciar. En el sentido puramente estético, es una película encomiable y con mucha personalidad, que además no tiene miedo a recoger los elementos más extravagantes del libro, esos que Villeneuve omite o trata de plasmar con sombría elegancia.
Se puede apreciar la intención por parte de Lynch de hacer una ciencia ficción que no evite resultar extraña y hasta grotesca (en concreto todo lo que tiene que ver con los Harkonen), en lugar de algo librado de asperezas e incomodidades para el espectador. Hay también una textura en la atmósfera, en los efectos y en los decorados que muestran un fabuloso trabajo de artesanía.
Bien es cierto que muchos aspectos visuales, como los diseños, ya estaban en el proyecto inacabado de Jodorowski. Pero una cosa es concebirlo y otra distinta desplegarlo adecuadamente en pantalla. Lynch consigue hacerlo lo suficiente para que la película resulte fascinante de observar, compensando en parte varios de sus problemas. También cuenta con un reparto más que apto para sus respectivos papeles, que aportan algo de solidez a esta obra tan irregular como ambiciosa. Una que no tenía miedo a resultar extravagante mientras buscaba ser épica.
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