Con la temporada número 36 (tomémonos un momento para absorber el número) dando comienzo este octubre, no hay muchas metas que a 'Los Simpson' les queden por por superar. En los últimos años el espíritu paródico se ha apropiado aún más si cabe de la serie, con episodios como el que le dedicaron a 'Primal' siendo uno de los mejores recientes.
Diez temporadas antes del episodio prehistórico, la serie se atreverían con una barbaridad aún mayor que resultaría en su episodio más caro: Hacer un capítulo enteramente compuesto por piezas de Lego. Titulado "Una pieza como yo", celebraba el número 550 de la serie y coincidiría en 2014 con la popularísima 'La Lego película', estrenándose apenas tres meses más tarde que aquel largometraje.
Un chiste que tardó dos años en llegar
En el capítulo la normalidad es el mundo de Lego, con personajes ajenos a su nuevo aspecto y Homer como el único que empieza a descubrir que algo raro está pasando. La trama, siendo justos, se justifica con poco más que chistes visuales y una conclusión final pillada de la misma película. Es por el look por lo que es un imprescindible de la serie. Sin llegar al nivel de la propia 'Lego película', pues el ritmo de esta animación es más pausado, el episodio tiene momentos muy estimulantes visualmente, y el simple hecho de conocer los personajes y localizaciones emblemáticas con este aspecto ya será incentivo suficiente para muchos.
La idea surgió varios años antes por parte de la empresa juguetera, que querían colaborar para hacer un set basado en la familia amarilla. Le preguntaron a Fox si harían la mítica intro del sofá al estilo Lego y ellos dijeron: "Olvida el sofá, hagamos así el episodio entero". El proceso sería una mezcla entre el estilo 2D del momento y un 3D por ordenador que simularía las piezas. Por aquel entonces la mayoría del equipo desconocía que habría siquiera una película, y no sería hasta mucho más tarde en el proceso donde le dedicarían algún mini guiño.
Todo esto se hizo con mucho esfuerzo por parte del equipo. El episodio fue un trabajo de dos años, aproximadamente el doble de lo que se tarda en tener listo un episodio normal de la serie. "Es demasiado tiempo para que gente de comedia viva con los mismos chistes", bromeaba Matt Selman, productor ejecutivo del capítulo. El proceso estuvo además íntimamente ligado a Lego, que son muy protectores con su marca. Es por eso que se trata también de uno de los episodios más blanquitos de la serie, a pesar de que pudieran colar algún chiste de Homer y Marge teniendo sexo y desperdigando las piezas por toda la habitación.
Ese largo trabajo seguramente no salió barato. No aportaron números concretos, pero teniendo en cuenta que la producción se alargó el doble de tiempo que un episodio normal y que también tendrían que pagar la licencia de Lego, el coste se dispararía bastante con respecto al presupuesto normal. Como pequeña referencia, a fecha de 2011 (tres años antes de que se estrenara esto) cada episodio de la serie costaba unos 5 millones de dólares, por lo que fácilmente podría duplicarse esa cifra.
La serie ha hecho experimentos que le han salido caros en otras ocasiones. Además de por supuesto el largometraje de 'Los Simpson', que se mantiene como lo más caro que ha hecho la marca con un presupuesto de 60 millones de dólares (coste sin marketing sin marketing para 87 minutos de duración), el segmento 'Homer³' dentro de 'La casa del terror' de la temporada 7 también fue un dolor para el bolsillo, ya que la animación 3D era aún bastante nueva y costosa.
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