Hay escenas cinematográficas que, vistas con ojos modernos, parecen soluciones estilísticas o giros creativos del director, sin embargo, con el paso del tiempo, nos damos cuenta de que su origen fue puramente una prohibición absurda de la época.
Una de las más curiosas (y a la vez legendarias entre cinéfilos) es la famosa escena del parto en 'Lo que el viento se llevó' de 1939, donde se ven sombras proyectadas en una pared en lugar de mostrar directamente lo que ocurre. Esto no fue por una decisión artística ni para sugerir tensión o dramatismo, sino para esquivar una regla tan estricta como ridícula dentro de la industria.
Prohibido mostrar escenas de parto al público
El llamado Código Hays, que gobernaba lo que se podía y no se podía mostrar en Hollywood durante fue formalmente conocido como Motion Picture Production Code: fue una serie de normas de censura que rigieron en el cine estadounidense desde mediados de los años 30 hasta finales de los 60, diseñadas para mantener "estándares morales" en las películas.
Este código nacía de presiones sociales y de grupos conservadores que pensaban que el cine estaba corrompiendo a la audiencia, y así establecía prohibiciones sobre prácticamente todo lo que pudiera percibirse como inmoral o indecente. El objetivo era, en teoría, proteger al público de contenidos que pudieran "bajar sus estándares morales", aunque muchas de estas reglas hoy resultan completamente anacrónicas.
Una de esas reglas tan estrictas como absurdas era la prohibición de mostrar escenas de parto o incluso de actividad sexual en pantalla. El código no permitía que estas situaciones se representaran, ni siquiera de forma indirecta o sugerida, así que cualquier intento evidente de retratar un nacimiento tenía que ser eliminado o profundamente camuflado.
En la práctica esto significaba que las películas de Hollywood tenían que encontrar formas creativas (por no decir rebuscadas) de salvar estas escenas sin violar las prohibiciones, lo que llevó a soluciones tan peculiares como la de 'Lo que el viento se llevó'.
En la película dirigida por Victor Fleming y basada en la famosa novela de Margaret Mitchell, hay un momento en el que Melanie Hamilton está dando a luz mientras Scarlett O’Hara y Prissy están junto a ella. En lugar de mostrar lo que está ocurriendo en el cuarto, la cámara permanece fuera y lo que la audiencia ve son sombras de las tres mujeres proyectadas en una pared, creando una imagen casi espectral que ha dejado perplejos a espectadores durante generaciones.
Pero lejos de ser un truco estético elegante, esa decisión fue una manera de respetar literalmente el Código Hays y evitar que la película fuera censurada o prohibida por sus responsables. Mostrar el parto directo habría sido un claro 'no' bajo las normas de entonces, así que los realizadores optaron por esta proyección de sombras como solución de compromiso.
El llamado Código Hays no solo regulaba el contenido sexual y de parto, sino también abrazos "excesivos", palabras malsonantes e incluso referencias sexuales indirectas, lo que forzó a directores y guionistas a ingeniárselas para contar historias sin pisar esas líneas rojas.
Con el tiempo, estas estrictas limitaciones se fueron relajando y el propio Código terminó siendo sustituido por sistemas de clasificación de edades más modernos, permitiendo que el cine abordara temas humanos de forma más abierta y realista.
Pero escenas como la del parto de 'Lo que el viento se llevó' siguen siendo un recordatorio de cómo la censura y la moralidad oficial de una época pueden dar lugar a soluciones narrativas tan insólitas como memorables para escapar de lo prohibido y quedarse para la posteridad.
Fotos de evanerichards.com
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