'Autómata', una histórica oportunidad perdida para el cine español

'Autómata', una histórica oportunidad perdida para el cine español

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'Autómata', una histórica oportunidad perdida para el cine español

Son ya muchos años haciendo películas, pero en el cine español son pocos los títulos que han gozado de un presupuesto igual o superior a los 10 millones, lo cual ha dificultado el sacar adelante proyectos con una marcada proyección internacional. Eso es algo que ha ido cambiando durante los últimos años, pero el hecho de que se rueden películas como 'Autómata' sigue siendo toda una rareza, aún más si tenemos en cuenta que los productores de este país tampoco parecen estar demasiado interesados en hacer películas de ciencia ficción.

Sin embargo, 'Autómata' cuenta con el aval de estar producida y protagonizada por Antonio Banderas, lo cual ayuda a que pueda tener difusión más allá de nuestras fronteras. Si a eso le añadimos un atractivo acabado visual que exprime al máximo el dinero que ha tenido a su disposición Gabe Ibáñez, ¿qué podría salir mal? Pues demasiadas cosas, ya que 'Autómata' es una histórica oportunidad perdida por parte del cine español y el principal, aunque no único, responsable de ello es el guión firmado por Ibáñez junto a Javier Sánchez Donate e Igor Legarreta.

'Autómata', Un refrito mal hecho

Los robots de

Ojalá fuera más habitual que una película con un gran acabado formal tuviese un contenido fascinante, pero encontrar el equilibrio a tan alto nivel es poco menos que un milagro -hacerlo todo mal es, por así decirlo, mucho más sencillo-, por lo que hay que conformarse con que la diferencia de nivel entre ambas sea el menor posible. Por desgracia, hay ocasiones en las que una película cumple con holgura en uno y fracasa de forma estrepitosa en el otro, y eso es exactamente lo que sucede en 'Autómata', ya que su contenido es un deficiente pastiche que carece de entidad por sí mismo y que tampoco sabe asimilar de forma acertada las ideas que toma prestadas de otras obras de ciencia ficción.

Siendo justos, el arranque de 'Autómata' no está nada mal, ya que nos lleva a un futuro no muy alejado en el tiempo en el que los robots han pasado de jugar un papel fundamental para evitar la extinción de la humanidad a ser meras herramientas a las que poder echar la culpa de algo si así lo creemos conveniente. Todo ello aliñado con la explicación de unas reglas claramente inspiradas en las leyes de la robótica ideadas por Isaac Asimov y un aire decadente poco original, pero sí efectivo para las pretensiones de la película.

Antonio Banderas en

El problema es que Ibáñez no termina nunca de saber qué hacer con ello para que 'Autómata' sea algo más que la prima fea y sin talento de 'Blade Runner' que también falla al introducir recursos de otras obras -¿soy el único que pensó en 'Mad Max' durante el segundo acto?-. Además, el guión está marcado por la incertidumbre sobre cuál es realmente el foco de la historia, y mira que lo tenían fácil para centrarse en que los robots han evolucionado y superado las reglas que los humanos les impusimos para que fueran poco más que unos esclavos tecnológicos, pero es que incluso ahí no da la talla -mala idea lo de acabar aniquilando la posibilidad de que sintamos empatía por ellos-.

Lo sé, ya existe 'Yo, robot' ('I, Robot'), pero potenciando su lado más intimista y cogiendo ideas de aquí y allá podría haber dado pie a un relato de ciencia ficción interesante, pero 'Autómata' juega a ser demasiadas cosas -el drama familiar del protagonista o los apuntes de corte ecológico para concienciar al espectador del efecto pernicioso de la humanidad sobre el planeta- y eso diluye sus posibilidades. Tampoco ayudan mucho los lamentables diálogos, donde se quiere conseguir un tono trascendente que en realidad lo único que logra es caer de lleno en lo superficial, vulgar y ocasionalmente irritante. En este punto son especialmente destacables las charlas entre el protagonista y el líder de los robots.

Por su parte, Banderas hace lo que pueda tirando de carisma para que la poco inspirada variante de Rick Deckard que es su Jacq Vaucan al menos no salga demasiado mal parado, y eso que el guión lo pone con fácil para que nos importe muy poco lo que suceda en su particular odisea por el desierto. La cuestión es que el resto del reparto resulta aún peor, sobre todo en los personajes más secundarios -aunque ojo también con la ridícula aparición de Melanie Griffith-, donde queda la sensación de una rutina mediocre que resalta aún más las debilidades de 'Autómata'.

El envoltorio no lo es todo

Escena de

'Autómata' podría llevarse cuatro premios, todos ellos de corte técnico, en la próxima gala de los Goya y tampoco me quejaría demasiado si los ganara, ya que la idea que me queda tras verla es que es una película que basa su existencia en el atractivo de los diseños y las ideas de ambientación propuestas a Banderas para hacerla, confiando en que se le sabría dar vida propia. Tengo que recalcar que no hay nada novedoso, pero ahí no se me ocurren pegas que ponerle, y más teniendo en cuenta que su presupuesto sigue siendo pequeño en comparación con las cintas de las que bebe de forma poco disimulada.

Sí me gustaría destacar que ese aire de tristeza decadente que consigue el trabajo de fotografía de Alejandro Martínez es una de las pocas cosas que consigue dotar de cierta consistencia a 'Autómata', ya que incluso consigue trascender su dubitativa evolución argumental -nunca transmite sensación de unidad y llega a parecer que se ha hecho un simple pegote para unirlo todo-. De nuevo, conviene señalar que tampoco es algo diferente o revolucionario, pero consigue que tanto la ciudad como el desierto y el refugio de los robots nos transmitan las mismas ideas en lo visual, y lo hace siendo sugerente y llamativo.

Lamentablemente, el envoltorio no lo es todo, en especial si pretendes jugar la carta de lo reflexivo y profundo como sucede en el caso que nos ocupa. Esto hiere de raíz la débil credibilidad que tiene 'Autómata' desde un principio y va agotando la paciencia del espectador hasta llegar a un clímax dramático en el que simplemente estamos deseando que aparezcan los títulos de crédito. Una lástima, ya que aquí ni siquiera tienen la excusa de que hacer la película pueda haber sido una operación de blanqueo de dinero o que realmente se gastó mucho menos de lo anunciado...

En definitiva, 'Autómata' es una película deficiente con un buen acabado técnico. Una obra sin entidad propia que sacrifica por completo la originalidad en aras de algo que ni sus propios responsables tienen demasiado claro. Hasta duele ver cómo se desaprovecha una oportunidad como esta dentro del cine español, pues llega a nuestro país un poco de tapadillo y tras haber sido lanzada hace varios meses en diversos servicios de vídeo bajo demanda, por lo que muchos ya han tenido la ocasión de padecerla y de avisar a los demás de que simplemente no merece la pena.

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