No cabe duda de que, para bien o para mal, 'El señor de los anillos: los anillos de poder' es uno de los grandes fenómenos televisivos de este 2022; y para comprobarlo no tenemos más que echar un vistazo a la infinidad de debates y polémicas que la serie de Amazon lleva generando desde mucho antes de su estreno.
Puede que una de las controversias que más ampollas está levantando —dejando a un lado las absurdeces de Elon Musk— sea la relacionada con la presunta falta de fidelidad hacia la obra de J.R.R. Tolkien; derivada del caos en la venta y compra de derechos de la producción, y que ha derivado en algún que otro cambio en la historia y características de alguno de sus personajes y eventos.
- A partir de este punto hay spoilers no demasiado graves sobre el tercer y el cuarto episodio de 'El señor de los anillos: Los anillos de poder. Lean ustedes bajo su propia responsabilidad.
Más que un simple detalle
No obstante, y aunque a día de hoy se recuerde la trilogía de 'El señor de los anillos' de Peter Jackson como una auténtica carta de amor al autor sudafricano, 'Los anillos de poder' ha perfeccionado la representación de una de las razas de la Tierra Media respecto a lo que se vio en los tres largometrajes de principios de siglo.
El arranque del espectacular tercer capítulo de 'Los anillos de poder' nos permitió echar un buen vistazo a los orcos que habitaron la Segunda Edad. Unas criaturas muy similares en apariencia a las llevadas por Jackson a la gran pantalla, pero con una peculiaridad muy distintiva en la que se ha hecho hincapié: su fobia a la luz del sol.
Mientras que en 'La comunidad del anillo', 'Las dos torres', y 'El retorno del rey' se obvió esta intolerancia, limitando las apariciones de los orcos a escenas nocturnas y solventando las diurnas con la entrada escena de los Uruk-Hai —resistentes al Astro Rey—, en 'Los anillos de poder' esto se ha adoptado como un elemento básico para la narrativa del show y la construcción de algunas de sus set pieces.
En la serie de J.D. Payne y Patrick McKay los orcos se desplazan a través de las Tierras del Sur por el subsuelo y a través de excavaciones cubiertas por toldos que les aseguren unos niveles de penumbra aceptables. Además, no dudan en resguardarse del sol utilizando sus ropajes o esperando a que los cielos se nublen para entrar en acción a descubierto.
Esto no solo se limita a lo descriptivo y trasciende lo puramente anecdótico para ser utilizado como un elemento dramático más. Como muestra, podemos acudir a una de las escenas más intensas del cuarto capítulo, en la que Arondir —que utilizó anteriormente el sol como arma contra sus captores—, Theo y Bronwyn escapan de las huestes de orcos al amanecer a través de un bosque sumido en las sombras sólo para salvarse in extremis gracias a la luz del día.
Todo lo expuesto con anterioridad no quiere decir, en absoluto, que Peter Jackson cometiese un "error" a la hora de describir a estos miembros del Pueblo Abominable en su trilogía, sino que más bien podría calificarse como una omisión de información o una falta de un subrayado que, dada la naturaleza de las escenas que involucran a los orcos, nunca fue necesario.
Pero, del mismo modo, este detalle demuestra que 'El señor de los anillos: Los anillos de poder', más allá de su espectacular diseño de producción y su apabullante factura técnica no es, ni por asomo, tan desastrosa y descuidada como muchos la pintan.
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