Acaba de llegar a Netflix la serie que hizo historia en HBO: el creador de 'A dos metros bajo tierra' nos trajo a los vampiros más salvajes de la TV

Acaba de llegar a Netflix la serie que hizo historia en HBO: el creador de 'A dos metros bajo tierra' nos trajo a los vampiros más salvajes de la TV

Anna Paquin, Stephen Moyer y Alexander Skarsgard protagonizaron 'True Blood'

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True Blood

Si viendo el episodio del consejo vampírico en 'Lo que hacemos en las sombras' os preguntasteis de dónde salía el personaje de Evan Rachel Wood, tenéis la oportunidad de averiguarlo. Al igual que otras series como 'Hermanos de sangre' o 'Insecure', Netflix le ha hincado el diente a 'True Blood', la serie que ayudó a consolidar HBO como la marca que es hoy en día.

Sangre fresca

Tal día como hoy, los vampiros decidieron dejar de esconderse y anunciar públicamente su existencia al mundo, garantizando que no eran una amenaza ya que podían sobrevivir a base de True Blood, una bebida de sangre sintética. Uno de esos vampiros decide mudarse a un pueblo de la Norteamérica profunda donde conoce a Sookie Stackhouse, una camarera que oculta un secreto: es capaz de leer la mente.

'True Blood' es una serie creada por Alan Ball ('A dos metros bajo tierra'), que se emitió entre 2008 y 2014. Consta de 7 temporadas y 80 episodios de 45-50 minutos de duración. Se basa en la saga de los 'Vampiros Sureños' escrita por Charlaine Harris, cuyas 13 entregas se publicaron entre 2001 y 2013.

Pese a que su planteamiento pueda recordar a 'Crespúsculo' (a Sookie le llama la atención Bill porque no puede leerle la mente), gran parte de las novelas son anteriores a la saga creada por Stephenie Meyer y lo mismo para su adaptación a la pequeña pantalla, que se estrenó unos meses antes de la película de Catherine Hardwick.

Es curioso que se adelantara a esa fiebre cinematográfica vampírica, que descubrió el potencial de los romances paranormales, porque son enfoques muy diferentes: si bien en la serie de HBO también había cabida para que surgieran relaciones entre los personajes, el tono general de la serie era más salvaje y sangriento.

Al margen de todo, no hay que restarle la importancia histórica que tuvo en la trayectoria de HBO: antes de que llegaran bombazos como 'Juego de tronos', la cadena comenzaba a despuntar haciendo cosas que nadie más se atrevía a hacer en TV.

Una de las series que contribuyeron a que HBO se convirtiera en la marca consagrada que es a día de hoy fue esta, con una propuesta realmente atrevida para la época, pese a que a nivel técnico recordaba más a producciones de serie B.

True Blood

Sin duda, las mejores temporadas de la serie volaron muy alto y trataron muchos temas que eran tabú en la época (esa caracterización de la white trash norteamericana), en un tono irreverente, bestia y sin pelos en la lengua. La ficción lograba sorprender en más de una ocasión, con un humor negrísimo, personajes ásperos, escenas de sexo y algún que otro momento gore.

Además de Anna Paquin y Stephen Moyer en los papeles principales, fue también la serie que nos descubrió a actores como Alexander Skarsgard ('El hombre del norte'), Deborah Ann Woll ('Daredevil') o Joe Manganiello ('Magic Mike').

Lástima que, como sucede en las series que se extienden tanto, en sus últimas temporadas ya se fue de madre y la cosa fue cuesta abajo y sin frenos. Se convirtió en una parodia de sí misma y en un desfile de sexo, sangre y violencia sin demasiado sentido ni la garra que tenía en sus primeros compases.

Aun así, merece la pena echarle un ojo a sus primeras temporadas, en las que 'True Blood' destacó como una de las series más rompedoras de su década. Desinhibida, sangrienta y con ganas de meter el dedo en la llaga en temas tabú. Si no la visteis en su momento en HBO Max, ahora podéis recuperarla en Netflix.

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