'El regreso de las golondrinas', la película que desafió al régimen chino con una tierna historia de amor, tan cargada de crítica social como de belleza

'El regreso de las golondrinas', la película que desafió al régimen chino con una tierna historia de amor, tan cargada de crítica social como de belleza

Li Ruijun consiguió alzarse con la Espiga de Oro de la Seminci a pesar de la censura del régimen chino

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El regreso de las golondrinas

Dicen que las golondrinas son capaces de recordar, gracias a su impresionante memoria, y a pesar de los cientos de kilómetros recorridos durante las migraciones, los lugares exactos en los que han construido sus nidos. Pese a la distancia, siempre tienen un lugar al que volver.

Sin embargo, en el último filme del director chino Li Ruijun, 'El regreso de las golondrinas' ('Yin Ru Chen Yan' o 'Return to Dust', 2022), se refleja, al menos en un segundo plano, la realidad de estas aves. Sus nidos ya no existen, porque tampoco existen los pueblos en los que los habían construido.

El éxodo rural al que se ven sometidos los miembros de las aldeas y pueblos de una pequeña zona rural de China, así como la destrucción y abandono de estas comunidades por parte de un régimen que solo busca enriquecerse, es la gran crítica social que subyace en esta historia.

Una película que conquistó al jurado especializado llevándose la Espiga de Oro en la 67ª Edición de la Seminci de Valladolid, que participó en la Sección Oficial de la Berlinale 2022 y que, sin embargo, sufrió la censura en el país natal de su director. Se estrenó en la cartelera española el pasado mes de julio pero aún puede encontrarse en alguna sala antes de su (esperada) llegada al streaming.

Una historia de amor marginal

Ruijin nos cuenta la historia de este abandono rural a través de la pareja protagonista formada por Cao Guiying (Christina Hai), quien sufre diversos problemas de salud debido a una enfermedad que padeció de niña, y Ma Youtie (Wu Renlin), un humilde agricultor tímido y solitario cuya principal compañía es su burro.

Ambos representan la exclusión dentro de la exclusión. Dos personas marginalizadas por sus respectivas familias que se ven obligadas a casarse a través de un matrimonio de conveniencia. A partir de ahí, solo que esta vez juntos, se dedicarán a hacer lo que durante toda su vida han tenido que hacer: intentar sobrevivir.

Sin embargo, a lo largo de este filme tan intimista en el que destacan más los silencios que las palabras, podemos ver cómo entre Guiying y Youtie empieza a surgir una entrañable relación de cariño, afecto y cuidado que conducirá al espectador en un viaje desde el rechazo a la empatía hacia ambos personajes.

El regreso de las golondrinas

De hecho, es difícil volver a ver a la pareja separada en pantalla a pesar de los problemas personales y las adversidades a las que se enfrentan en el día a día. Y es en el compartir de esta cotidianeidad donde empieza a surgir un amor más basado en las acciones que en las palabras vacías.

Ya sea por las incontables veces que Youtie cambia las sábanas mojadas de la cama de Guiying por sus problemas de incontinencia, o la incansable preocupación de ella cada vez que él tiene que marcharse –en gran medida coaccionado– a donar sangre al dirigente del pueblo, puesto que su grupo sanguíneo es el único compatible.

De esta forma, y muy poco a poco, ambos protagonistas empiezan a construir su propio nido –en muchos casos similar al de las propias golondrinas– en el que proyectarán las esperanzas y sueños que nunca hubiesen imaginado posibles.

'El regreso de las golondrinas' te transporta a la crudeza de la vida rural

Si hay otra cosa por la que destaca la película es el bajo presupuesto con el que contó para producirse. Rodada en un pueblo remoto en el noroeste de la provincia china de Gansu, en su mayor parte con actores no profesionales, y a pesar de los escasos recursos, es imposible no dejarse atrapar y conmover por el trabajo de fotografía de Weihua Wang, quien consigue transmitir los pequeños atisbos de belleza que se encuentran en un entorno cada vez más hostil.

El Regreso De Las Golondrinas

Sin embargo, bien es cierto que hay ocasiones en las que el ritmo lento que predomina en las más de dos horas de metraje puede resultar excesivo para aquellos que no estén acostumbrados a una película así, que apuesta mucho más por la crítica a través de la sencillez que la ostentación.

Con todo, esta travesía de ternura y dolor, que culmina con un final que no dejará indiferente a nadie, se convierte así en otra pequeña joya cinematográfica del cine chino más reivindicativo y, por tanto, también, del más necesario.

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