Estos últimos años se está viviendo un interesante revival de las intrigas, los suspenses, los misterios que resuelve un concienzudo y peculiar detective. Desde el gran éxito de 'Puñales por la espalda' al estreno con bombo y platillo de la serie 'Asesinato en el fin del mundo', que persiguen en mayor o menos medida actualizar un subgénero muy concreto y con mucho legado.
Un estilo cinematográfico muy deudor de la literatura, con autores influyentes entre los que destaca con luz propia Agatha Christie. Novelas muy de su tiempo, pero irresistible, que en principio tendrían que funcionar en medio de este revival. En cierto modo, lo hacen, con una saga cinematográfica que sigue adaptando su obra a pesar de varias circunstancias en contra, y que este año ha regresado con 'Misterio en Venecia'.
Noche de brujas y mostachos
Kenneth Branagh vuelve a enfundarse el bigote postizo de Hércules Poirot en la tercera película que adapta sus aventuras, realizando nuevamente las tareas de director. Una vez más, un reparto inmenso (de Michelle Yeoh a Jamie Dornan, pasando por Tina Fey) y una localización pintoresca dan vuelo a un misterio con argumento enrevesado que ya se puede ver en streaming a través de Disney+.
En la película, el célebre detective Poirot insiste en su retiro de su profesión, forzándose a un exilio en la hermosa ciudad de Venecia. Pero allí es encontrado por una novelista de misterio de éxito que le tantea asistir a una sesión de espiritismo con un variopinto grupo de personas en la víspera de Todos los santos. Una vez allí una serie de fenómenos sin aparente explicación se sucederán, y también el asesinato de uno de los invitados. Cómo no, Poirot será el único capacitado para resolver el enigma.
Resulta increíble que Branagh haya podido tener su propia franquicia cinematográfica con el personaje de Poirot, incluso aunque el panorama sea beneficioso para las cintas de suspenses con detective. Sus dos películas anteriores, aprovadas por Fox cuando todavía era estudio independiente, fueron éxitos muy moderados o incluso pobres, que además no gozaban con la mejor de las reputaciones a nivel de público y crítica. De algún modo, el misterio de la existencia de esta tercera entrega es más complicado que el que acaba contando.
'Misterio en Venecia': fantasmas del pasado
Lo que llama más la atención es 'Misterio en Venecia' son sus evidentes amagos hacia el terror sobrenatural, a tantear el cine de fantasmas para seguir indagando en un personaje en constante duelo con su identidad y su pasado. El uso de los espacios cerrados busca un aura más tenebrosa para evitar el estancamiento que, por desgracia, está presente en otras facetas.
Las películas de Branagh suelen operar bajo mínimos, dando el suficiente suspense y atrevimiento visual para no parecer perezosas, pero también poca cosa en el cómputo global por personajes que acaban siendo muy transparentes en su papel en la función. Aquí hay muchas florituras, pero también el misterio menos interesante de los tres, ahondando en la duda de por qué el actor y cineasta se sigue saliendo con la suya sin ser un Poirot en lo suyo.
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