'Los mejores años de nuestra vida', un éxito inexplicable

'Los mejores años de nuestra vida', un éxito inexplicable
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No puedo entender el éxito de Los mejores años de nuestra vida. Sé que es un programa de entretenimiento y que no hay que buscarle demasiadas explicaciones a cómo se entretiene la gente pero esta batalla de décadas es lo más soso que he visto en mucho tiempo, carente de interés y con un objetivo ficticio (elegir la mejor década), que sirve para dar empleo a decenas de ex concursantes de Operación Triunfo. Hasta las reposiciones de sábado por la mañana hacen unos buenos datos.

Este programa, creado para Telecinco, ha terminado yendo a parar a La 1 y creo que es lo mejor que les habría podido pasar porque la audiencia de Televisión Española es más dada a aceptar este tipo de espacios llenos de viejas glorias y cuyas actuaciones, por otro lado, son dignas, pero en el conjunto resultan algo lamentables si las ofrecen con el contraplano de ese “jurado” de adolescentes que tiene que valorar qué década es la mejor. Las caras de estupor de algunos son de órdago y no me extraña.

No mencionaré a Carlos Sobera, que es de dominio público que le tengo atragantado, pero no puedo dejar pasar la ocasión para poner en cuestión el papel de Ángel Llácer en este tinglado, con sus gritos, sus objetos del pasado y su máquina de triturar malas canciones. Quizá es que yo prefiera cosas menos ingenuas pero es que la general falta de relevancia y de interés me parece que clama al cielo, más si tenemos en cuenta que el programa ha triunfado, cosa por la yo no habría apostado jamás.

Anna Simón y Ángela Fuente, las copresentadoras, sí que están en su papel, dinámicas y espontáneas a pesar de los torros que tienen que soltar de vez en cuando. Pero los cantantes en la nómina de Gestmusic y sus números de baile me parecen propios de festival de fin de curso, algunos fuera de tono totalmente, mal interpretados y peor ejecutados.

En conjunto me parece que ‘Los mejores años de nuestra vida’ es una propuesta endeble, poco arriesgada y una excusa para dar trabajo a un montón de gente que no consigue una discográfica ni a la de tres pero los resultados de audiencia están ahí y el programa se consolida semana a semana. Sobre gustos no hay nada escrito y en este caso yo no encajo con los gustos de esta mayoría, por mucho que la nostalgia sea uno de mis puntos débiles.

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