‘The Walking Dead’ 8x09: un regreso triste que da sentido al enigma del primer capítulo de la temporada

‘The Walking Dead’ 8x09: un regreso triste que da sentido al enigma del primer capítulo de la temporada

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‘The Walking Dead’ 8x09: un regreso triste que da sentido al enigma del primer capítulo de la temporada

La cuestionada primera mitad de esta temporada 8 terminó con un episodio lleno de acción y una nota de suspense coronada por una conclusión que ya viene siendo habitual en esta serie de supervivencia. Jugar con el personaje que seguirá o no, crear duda en el público, dejar el destino planteado o hacerlo como sorpresa. El gran problema de la última etapa ha sido esa dinámica de plantear todo con el ¿Quién muere hoy?

Una mala manía que llevó a sustituir la calidad de los guiones por ese resorte más propio de telenovela, salvo que en vez de preguntarte con quien se lía quién, esperas con parsimonia a saber quién se lleva el segador. Por fin, en el ecuador de la batalla con Negan, tenemos el detonante definitivo de la ira de uno de los personajes más longevos de la serie. Aunque el momento responde a esa misma forma de crear emociones programadas en despacho, tenía algo más de sensibilidad que otras ocasiones.

El texto que sigue tiene SPOILERS

Honor

Después de que viéramos al joven Carl Grimes aguardando la muerte en las alcantarillas bajo Alexandría, este reinicio se encarga de hacer un juego de flashbacks y cambios de espacio temporal que, como viene siendo habitual, utilizan el hecho para ocupar la mayoría del capítulo con un goteo de recuerdos del chaval, de su padre, extendiendo la secuencia del primer episodio en la que veíamos a Rick con una barba blanca y unos ojos llorosos.

Finalmente, sí, la muerte de Carl tiene lugar como era esperado, lo cual da lugar a una escena verdaderamente sentida del entierro de un padre a su hijo, y un tono reflexivo a todo el capítulo que sugiere que las consecuencias que va a tener el momento no van a ser las que se esperan normalmente cuando un personaje muere. Este episodio es de 60 minutos y sin duda puede que sea de los pocos en justificar su duración extendida.

Walking Dead 8x09 3

‘Honor’ es emotivo, con algunas escenas de acción y algunos momentos bastante sangrientos, incluso se han colocado algunos giros interesantes que aseguran una segunda mitad con enigmas hasta el final. Aunque evita divagar sin mover nada hacia adelante, lo que ocurre está dentro de lo esperable, incluso las escenas del sueño del 'Old Man Rick', en las que le vemos saludando a todo el mundo en una especie de futuro feliz imaginado en el que hasta Negan convive en la comunidad con buen rollo.

El crepúsculo de un arco completo

Escenas entrecortadas a lo largo del capítulo que, más allá del significado de un escenario deseado por el Rick afectado por la muerte de su hijo, da alguna pista de la filosofía que tal vez pueda tomar el líder con respecto a su política de guerra y venganza sin prisioneros. Aunque el final del episodio da otra vuelta que probablemente nadie esperaba y definitivamente hace que ver el siguiente episodio sea imprescindible para cualquiera que haya seguido alguna vez ‘The Walking Dead’.

Quizá tiene algo que ver con que estamos ante el final de la era de Gimple, el showrunner que ha sido cuestionado hasta tener que pasarle la antorcha Angela Kang. Por ello, hay una verdadera sensación de dirección en las imágenes que hemos visto desde el principio de la serie a la conclusión. Puede que quiera dar un tono de fin de una era o puede que sea una provocación para lo que viene, inesperado, al menos si no has leído los cómics. Las cosas, eso sí, siguen a pequeña escala.

Por supuesto, aunque ya sepamos su destino, gran parte del episodio se dedica a Carl. Odiado o no, el personaje lleva con nosotros ocho años y, bueno, le hemos visto crecer, por lo que despedirse de él tiene su parte sobrecogedora. Es probablemente el momento en el que más ha brillado Chandler Riggs, el joven actor que ha portado el sombrero desde pequeño. El momento en el que Andrew Lincoln, Danai Gurira y Avi Nash se despiden encoge el estómago y conmueve, puesto que los relatos de paternidad rota siempre logran arrancarnos algo de dentro, y efectivamente, se marcha con dolor y honor.

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