El trauma puede llevarnos de manera irremediable a la furia, a consumirnos de manera intensa y sin preocuparnos de a quien podamos llevarnos en el camino. Aunque, en el fondo, se pueda decir que tenemos razón. Emociones humanas de gran complejidad ante las que no hay respuestas especialmente sencillas, pero sí pequeños momentos de fuga que nos puedan conectar. Sobre eso habla la maravillosa 'Tres anuncios en las afueras'.
Chiquitita dime por qué
Otra magistral película de Martin McDonagh, uno de los mejores cineastas en activo, que desde la comedia negra explora una historia llena de rabia y de denuncia a la inoperancia y la injusticia policial. Con los oscarizados Frances McDormand y Sam Rockwell al frente, y probablemente merecedora de llevarse algún galardón más de aquella gala, la película va a poder verse en abierto a través de Cuatro a partir de las 22 horas, además de en streaming a través de Disney+.
McDormand da vida a Mildred, una empresaria local de un pueblo Missouri que decide alquilar tres vallas publicitarias en una carretera de poco transito. En ellas realiza un discurso de duro reproche al jefe de policía local, que todavía no ha resuelto el cruel asesinato con violación de su hija. La decisión de colgar estos anuncios causará una potente enemistad dentro del pueblo de Ebbing.
Es, hasta cierto punto, un duelo del Oeste donde se forman bandos, aunque quiénes son los héroes y los villanos queda completamente distorsionado, quizá hasta extremos poco recomendados dados los abusos policiales que vienen especialmente del policía que interpreta Rockwell. Pero el cine de McDonagh no está interesado en personajes tan categorizables y extremos, y sí en la exploración de las emociones humanas a través de situaciones de lo más amargas.
Su uso de la comedia negra resulta característico y muy efectivo, ayudando a pasar el trago de una historia muy violenta (aunque con estallidos muy reducidos) y llena de mucha rabia. Una rabia que lleva a rincones muy oscuros de la existencia, que McDonagh retrata con una interesante melancolía que hace más complejo e interesante el tono de su narración. Una que logra sostener a través de una dirección de actores excelente.
Hay también cualidades técnicas exquisitas, como la fotografía de Ben Davis o la música punzante de Carter Burwell, pero hay también una fabulosa mala leche que lleva a grandes momentos como cuando el personaje de Rockwell escucha 'Chiquitita' de ABBA en los momentos más intensos de la película. Esos detalles muestran cómo McDonagh sabe emplear el humor más negro para desarrollar personajes y que sus películas sean digeribles, incluso aunque toquen cosas muy poco agradables.
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