Hoy en TV, un thriller psicológico con la mejor versión de Tom Cruise y que fue la última película de un director mítico

La gran estrella brilla en el canto de cisne de uno de los mejores directores

Tom Cruise Eyes Wide Shut 1999
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Uno no puede jugarse la vida eternamente, y parece que Tom Cruise se está dando cuenta de esto de cara a su futuro cinematográfico. En las últimas semanas ha estado en la orbita de autores como Alejandro González Iñárritu o Quentin Tarantino, recuperando ese periodo de su carrera donde perseguía trabajar con los cineastas más destacados. Una etapa que dio imprescindibles como 'Eyes Wide Shut'.

Un cuento de Navidad sexual

Cruise acompañado de su por entonces esposa Nicole Kidman se lanzan de cabeza a la retorcida imaginación de Stanley Kubrick, que hace un anti-cuento de Navidad en forma de thriller psicosexual. Una película extraordinaria que se puede ver en televisión en abierto hoy a través de Be Mad a partir de las 22:45 (también está disponible en streaming a través de HBO Max).

En ella, el prestigioso doctor William Harford y su esposa asisten a una fiesta donde ambos son tentados por el deseo de otras personas ajenas a su matrimonio. Conversando al respecto, el médico se siente abrumado ante la confesión de las fantasías eróticas de su mujer, precipitándolo a un mundo secreto y perverso donde buscará tener sus propias aventuras sexuales. Pero su intento de introducirse en territorio desconocido será más peligroso de lo que esperaba.

El último proyecto cinematográfico de Kubrick (que falleció antes de poder estrenarlo en cines) tuvo una larga gestación y rodaje, aprovechando su condición de artefacto extraño en la industria y contar con las mayores estrellas del momento. Un proceso casi interminable, extenuante, que no debió contribuir mucho a un matrimonio en proceso de deterioro, lo cuál añade una interesante capa a este complejo retrato de una relación.

El director hace aquí otro de sus interesantes reflejos de la libertad individual, capada por expectativas y pretensiones sociales erróneas. La incomprensión de William Harford a la posibilidad de que su esposa sienta deseo fuera de los muros matrimoniales le precipita a una pesadilla donde recibe advertencias continuas, casi como retorcidos espíritus navideños de un cuento con moraleja. Stanley Kubrick crea un intenso laberinto psicológico que funciona y deslumbra.

Parte del éxito radica en que sabe aprovechar bien al actor protagonista que tiene entre manos. Tom Cruise suele brillar interpretando a hombres con cierta actitud que terminan sobrepasados ante un mundo poderoso que se cierne sobre ellos, metiéndoles en una situación de urgencia. Aquí da una de sus mejores interpretaciones para terminar de redondear este canto de cisne de Kubrick.

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