Amazon va de moderna con 'Betas', una simpática comedia de emprendedores

Amazon va de moderna con 'Betas', una simpática comedia de emprendedores
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En lugar de dramas sesudos, Amazon optó por dar brillo a su aventura en el audiovisual con dos comedias. De la serie política ‘Alpha House’ ya hablé hace unos días, cuyos resultados distaban bastante de revolucionar el medio, pero con ‘Betas’ es distinto. Es la otra serie que sobrevivió a la matanza de pilotos que encargaron (o, según como se mire, el exhaustivo proceso de selección). Y, si bien no sé si es un paso en la dirección correcta para lanzar su plataforma de contenidos, por lo menos se trata de una comedia muy simpática.

Con ‘Alpha House’ querían demostrar que apostaban por series inteligentes, escrita como estaba por Garry Trudeau, autor de la viñeta socio-política más popular de Estados Unidos. Con ‘Betas’, en cambio, parece que quieren anunciar que son modernos, que se dirigen al público joven. Se habla de aplicaciones de móvil, de la importancia de los blogs, de Silicon Valley, de lo lejos que queda Facebook, de códigos informáticos. Pero nada queda forzado, resulta creíble. Es una serie que habla de los nuevos tiempos.

La idea de los protagonistas una aplicación móvil que cambie la forma de relacionarse de toda una generación. Si las aplicaciones podrían interpretarse como una forma de evitar el contacto directo, de obsesionarse por algo que está en una pantalla en lugar de aquello que tienes delante, ellos quieren una especie de Facebook que promueva el contacto directo. ¿Que quieres ir al cine? Pues te encuentra a alguien de afinidades parecidas que esté cerca y también quiera ir. Y los creadores, cómo no, son unos nerds que precisamente no saben como moverse en sociedad.

La red (más) social

De forma inevitable se podría decir que ‘Betas’ es una especie de ‘La Red Social’ para televisión. La encabezan Joe Dinicol y Karan Soni en la piel de Trey y Nash, dos chicos que tienen parecidos razonables con los personajes de Andrew Garfield y Jesse Eisenberg en la película de David Fincher: el primero es la cara de la empresa y busca como lanzarla, mientras que el otro es un informático cuyo código puede hacer realidad lo que tienen en mente. Hay momentos, de hecho, en los que plantean hasta qué punto la empresa pertenece más al segundo por ser el genio como ocurre en el biopic de Mark Zuckerberg. Pero esto es todo. ‘La Red Social’ era un relato sobre la ambición más radical y la primera temporada de ‘Betas’ va sobre la ambición, sí, pero también sobre la amistad más genuina.

En este aspecto, tiene mucho que ver con las comedias de HBO. Tiene de ‘How to make it in America’ su intención de mostrar los éxitos y penurias de jóvenes emprendedores sin perder nunca su enfoque moderno (pero sin vender tanto la atmósfera como sí lograban los diseñadores de Nueva York), y tiene de ‘Entourage’ su concepto de la amistad masculina. Trey, Nash y los demás miembros de su equipo son unos inadaptados, pueden ponerse de los nervios mutuamente pero se entienden y aceptan tal y como son, como ocurre con el tímido Mitchell, la recién llegada Mikki e incluso Hobbes. Es un tipo mayor, sucio y auto-destructivo y muestra la otra cara de la moneda: todos están muy ilusionados y él recuerda en todo momento qué significa fracasar, tras encontrarse sin un duro y muchos proyectos fallidos a sus espaldas y que también tenían que revolucionar el mundo de la informática y las redes sociales.

Trey y Nash en
‘Betas’, entonces, no es una comedia que busque provocar risas. Josh Stoddard y Evan Endicott tienen un concepto más cinematográfico, de provocar un ambiente distendido y provocar situaciones divertidas (que no tronchantes) con los personajes. En este aspecto, ‘Betas’ es muy agradecida. Es simpática, hace personajes irritantes pero consigue que sean más entrañables, tienen potencial y encima cuenta bien esta historia de ascenso a la cima. Mención especial aparte para la actriz Madeline Zima, la que fue la niña de ‘La Niñera’, que ya sorprendió en ‘Californication’ y que aquí está tan antipática como fascinante en el papel de una bloguera muy corrosiva que disfruta destrozando proyectos a base de opiniones.

Además, sin vender la idea que es un retrato de toda una generación, juega bien con su mundo de aplicaciones móviles y obsesión por las pantallas. En ningún momento se la nota pasada de moda (fallo en el que se puede caer muy fácilmente cuando se va de moderno), está justo en el momento adecuado y la idea que desarrollan resulta muy verosímil. Once episodios entretenidos con personajes que evolucionan y una historia central que despierta interés. ‘Betas’ es muy recomendable y su primera temporada pasa volando. Por favor, ¡que la renueven!

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