La crisis de Mediaset deriva en guerra interna y se cobra la dimisión de su presidente

La deriva política de Telecinco habría sido un factor importante en las tensiones entre Borja Prado, Alessandro Salem y Massimo Musolino

Borja Prado
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La crisis interna que lleva teniendo Mediaset desde hace meses no solo es en torno a las pobres audiencias de Telecinco, que lleva tiempo sin levantar cabeza. También entre los altos cargos... y es que Borja Prado ha anunciado su dimisión como Presidente de Mediaset España. Cargo que ostentaba desde hace casi dos años.

Los motivos, según apunta El Economista, se deberían a la guerra prácticamente abierta que el ejecutivo tendría con los otros dos consejeros delegados con los que estaba formando triunvirato: Alessandro Salem y Massimo Musolino. Un equipo de gobierno, formado tras la marcha de Paolo Vasile, en el que el español habría sido relegado a funciones meramente institucionales, lo cual habría erosionado la relación de Prado con la compañía (y su matriz italiana).

Esta marcha habría sido algo inesperada e inoportuna, ya que desde Mediaset le habrían pedido que replantease la decisión. Recordemos, además, que la compañía lleva algo más de un año de reajustes con la fusión de la filial española con la empresa matriz (MFE-MediaForEurope), que se consumó la pasada primavera. Una fusión que encabezó el propio Prado desde la junta de accionistas de Mediaset España.

Diferencias de opinión

Al parecer, el asunto se resumen en "diferencias de opinión" en torno al rumbo y línea editorial del grupo audiovisual. De hecho, Prado fue el principal impulsor de los cambios en el código ético de los canales, que parecía bastante dirigido a programas como 'Sálvame'. De hecho, se habla del ejecutivo como el enemigo número 1 de La fábrica de la Tele, la productora de este y otros formatos.

Algo que no parecía gustar demasiado en la cúpula de la empresa y, de hecho, por eso se le fue relegando a labores institucionales, fue por el posicionamiento político de, sobre todo, Telecinco. Algo que chocaba tanto con Salem como con Musolino, que querían una Mediaset despolitizada.

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