Más allá de en los momentos más grandilocuentes e intensos, en los grandes llantos, en los gritos de rabia o en las miradas intensas en primer plano, donde un gran actor marca verdaderamente la diferencia respecto a sus homólogos, es en los pequeños detalles. Gestos a priori imperceptibles que, como espectadores, absorbemos sin darnos cuenta, pero que terminan elevando la interpretación, el personaje y, con suerte el largometraje que los contiene.
El diablo está en los detalles
Esto no sólo nos ocurre como público, sino que también se aplica a un set de rodaje en el que el propio director es incapaz de detectar las sutilezas de sus intérpretes. El mismo Christopher Nolan ha explicado durante una entrevista con Los Angeles Times que no se dio cuenta del peso y la magnitud de la actuación de Cillian Murphy en 'Oppenheimer' hasta que empezó a ver el material en la sala de montaje.
"La actuación se volvió redonda cuando me di cuenta de que Cillian había hecho mucho más de lo que vi en el set".
Esta experiencia recordó al cineasta británico su trabajo con Al Pacino en la fantástica 'Insomnio' de 2002, en la que adaptó la ya de por sí notable cinta homónima noruega de Erik Skjoldbjaerg. Así explicó el momento, dejando claro que el diablo está en los detalles, y no siempre tenemos la capacidad de percatarnos de su presencia.
"Me acerqué a Pacino después de una serie de tomas y le di una indicación de lo que quería. Él me dijo: 'Ya lo he hecho. No puedes verlo a simple vista, pero lo tienes en los dailies'. Lo busqué y me di cuenta de que estaba ahí. Los grandes actores de cine pueden hacer eso, y eso es lo que experimenté con Cillian".
¿Juegan Al Pacino y Cillian Murphy en la misma liga? ¿Le quedan a Murphy muchos años de experiencia para igualar al neoyorquino o están casi al mismo nivel? El debate está abierto, pero lo que está claro es que se ha quedado un día maravilloso para volver a dar un repaso a 'Insomnio'.
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