El estreno de 'Homecoming' está a la vuelta de la esquina, y aunque hay opiniones para todos los gustos (aquí hay una que piensa que es excelente -la mía-, y aquí otra que piensa que no tanto), todo el mundo parece estar más o menos de acuerdo (el público lanzando billetes, la crítica dándole su aprobación) en que esta nueva visión del mítico superhéroe de Marvel ha sido todo un acierto.
Spider-Man es distinto de otros héroes Marvel que han sufrido una y otra versión, unas circunstanciales (esos Cuatro Fantásticos eternamente rebooteados para que no se esfumen los derechos), otras que se estrellan en taquilla (pero Marvel sabe que debe intentarlo sin pausa: va a pasar tiempo, por desgracia, antes de que veamos una nueva película de Hulk en solitario), y otras que han vivido casposas versiones hoy olvidadas como Capitán América o Nick Furia.
Pero con Spider-Man las cosas han ido siempre más o menos bien. Las tres películas de Sam Raimi son recordadas, con sus altibajos, como esenciales para entender el Spider-Man cinematográfico; las dos de Marc Webb tienen el capirote de "fallidas" eternamente adjudicado pero son muy notables; y 'Homecoming' no tiene problemas en reconocer su deuda estética y temática con ambas gracias a una auténtica avalancha de guiños.
Así que hoy vamos a revisar todas las encarnaciones cinematográficas del héroe. Vamos a ver qué aportó cada una a la mitología del héroe y qué aspectos ha heredado de ellas la flamante 'Homecoming' de inminente estreno. Posad guapamente delante de esa bandera ondeante, y vamos allá.
Los orígenes: antes de Raimi
De qué van: Antes de la llegada de las películas de Raimi, Spider-Man ya era un personaje tremendamente popular. Su serie de animación de los sesenta, hoy auténtico surtidor de memes (y musicote), lo convirtió en un icono pop que se reflejó perfectamente en tres películas a finales de los setenta, que en realidad eran episodios de la efímera serie de televisión 'The Amazing Spiderman', remontados para su distribución fuera de USA.
El éxito de la serie fue tal que se llegó a producir un spin-off japonés, con su propia serie y su propia película, desarmante y candoroso, y que solo tiene en común con el personaje de Marvel y las producciones anteriores la vestimenta. Poderes, vehículos y capacidad de invocar a robots gigantes van por cuenta de la inmortal Toei. Conviene recordar que en las tres décadas siguientes productoras como Canon y Carolco trajinaron con los derechos para versiones que no llevaron a ver la luz.
El legado del Trepamuros: ¿Qué queda de estas películas en la visión actual que tenemos de Spider-Man? Poca cosa: los rudimentarios efectos especiales y los presupuestos limitadísimos dieron como fruto un Spider-Man estático y de peleas legendariamente torpes. Pero de ellas quedan planos de especialistas chiflados balanceándose de verdad entre edificios, y que demuestran que ya en encarnaciones tan primitivas estaba claro uno de los principales atractivos del héroe.
La influencia en 'Homecoming': Por extraño que parezca, se puede rastrear una levísima influencia de estas películas en la nueva encarnación del personaje: la decisión de mantener a los villanos, como en los tebeos de la época del personaje, a ras de suelo. Nada de ostentosos villanos con superpoderes ni sociópatas con ínfulas: por decisiones presupuestarias, los enemigos de Spider-Man debían de ser delincuentes comunes, rateros y matones.
Obviamente, no es que sea una decisión que de algún modo ha modelado el tono de 'Homecoming' de permanecer más cotidiano y con los pies en la tierra, donde El Buitre es un ladrón carroñero de forma completamente consciente y capaz de entablar peleas con las que las producciones de los setenta no podían ni soñar. Pero es curiosa la coincidencia conceptual, saltándose años de millonarios tronados y supercientíficos ególatras.
Spider-Man (2002)
De qué va: Después de un largo periodo de preparación, la defenestración de James Cameron, múltiples luchas corporativas y una ristra de directores propuestos que incluía Roland Emmerich, Ang Lee, Chris Columbus, Jan de Bont, M. Night Shyamalan, Tony Scott o David Fincher llegó la primera película moderna de Spider-Man. Dirigida por Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire, es una actualización muy respetuosa del personaje.
Raimi y David Koepp (en un guion basado originariamente en el trabajo de Cameron pero que fue intensamente reescrito) se aseguraron de embeber en su película todos los elementos característicos del Spider-Man clásico: desde su trabajo en el Bugle al sentido arácnido, de la tía May al origen canónico. La única libertad que se permitieron: redes de origen orgánico, una decisión discutida pero que acabó funcionando bien.
El legado del Trepamuros: Hay algo que se suele pasar por alto de la versión de Raimi, sobre todo porque ese aspecto ha acabado palideciendo al lado de películas que han replicado de forma asfixiante la estética del comic como 'Sin City' o 'Scott Pilgrim'. Lo que la primera Spider-Man imita muy bien es la narrativa rápida y a golpe de imágenes, como cuando Peter Parker se equipa con su traje.
Eso ha impregnado la franquicia, hasta el punto que todas las películas de Spider-Man tienen una estética, un ritmo y una forma de contar las cosas similares, aunque cada una con su propia personalidad. Y ese respeto se detecta también en la sumisión el canon de los comics: las películas de Spider-man son fieles a la fuente original porque la de Raimi lo es. Pocas se atreven a distanciarse más de la cuenta del original de Marvel.
La influencia en 'Homecoming': 'Homecoming' es la primera película de Spider-Man que no insiste en el origen de los poderes de Peter Parker. Es más: se atreve a casi no mencionar al tío Ben, origen del sentimiento de culpa del héroe. Y aún así, pese a este radical distanciamento de la tragedia de Spider-Man con un tono mucho más ligero, sigue teniendo los comics como espejo en el que mirarse.
Es decir: los secundarios son los del comic. Está trufada de guiños para fans procedentes no ya de la colección clásica, sino de spin-offs y variantes modernas de Spider-Man. El Buitre es uno de los villanos clásicos. Y, sobre todo, y como contábamos en nuestra crítica, hay una curiosa estructura serial, como si 'Homecoming' fuera un episodio más de la colección mensual del personaje. Ese respeto por la fuente está heredado de la primera 'Spider-Man'.
Spider-Man 2 (2004)
De qué va: La primera secuela de la película de Raimi fue considerada durante mucho tiempo la mejor película de Spider-Man (muchos la siguen considerando así, otros creen que 'Homecoming' le ha arrebatado el trono). En esta ocasión el villano fue el Doctor Octopus y quizás haya envejecido mal su altísima carga dramática debido a conflictos amorosos entre Peter Parker y Mary Jane que no tienen demasiado sentido.
En cualquier caso, 'Spiderman 2' es una estupenda película de aventuras superheroicas, con el Raimi más entonado de toda la serie y unas cuantas peleas entre Octopus y Spider-Man que han pasado con todos los honores a figurar entre las secuencias antológicas del personaje en la pantalla.
El legado del Trepamuros: Aunque todas las películas de Spider-Man se desarrollan en el muy urbano entorno de Nueva York, esta quizás sea más callejera que ninguna otra. Las peleas con Octopus tienen lugar en medios de transporte, entre monumentos reconocibles, rodeados de transeúntes o en edificios cotidianos. Ninguna película de la franquicia se ha olvidado de ello, pero pocas lo hacen tan bien como esta.
También es una de las películas que más y mejor se centra en el aspecto cotidiano del personaje, de la dualidad entre Peter Parker y Spider-Man: su trabajo repartiendo pizzas, sus conflictos de pareja por culpa del lado más mundano de su actividad superheroica... esto es puro Spider-Man, es lo que le ha convertido en un mito pop, y en pocas películas de la franquicia se dedica a ello tanto tiempo y con tanto acierto como aquí.
La influencia en 'Homecoming': Hay una secuencia de 'Homecoming', la del combate en el barco y su conclusión, que está fuertemente inspirada en la ya popularísima de 'Spider-Man 2' del vagón de metro. El final difiere en ambas de forma casi diametral, hasta el punto en que tal y como plantea 'Homecoming' su resolución casi parece una parodia de la solemidad con la que acaba la secuencia de Raimi. Pero la influencia es indiscutible.
Spider-Man 3 (2007)
De qué va: La tercera y última película de Raimi con Spider-Man es un auténtico dislate que, contemplado con la distancia adecuada, proporciona diversión, aunque no siempre por las razones pretendidas. Con dos enemigos al más puro estilo... ehm... 'Batman y Robin' y un caos argumental enloquecido, 'Spider-Man 3' tiene las secuencias de acción más chifladas de la franquicia y un par de villanos de relumbrón, Venom y el Hombre de Arena.
El legado del Trepamuros: Todas las películas de Spider-Man tienen su correspondiente ración de humor. El descubrimiento de los poderes en la primera entrega, las pequeñas piezas de vida cotidiana de Peter Parker en la segunda... aquí esa cuestión se sale de madre, dando pie a secuencias tan escalofriantes como la de la versión de Fever en el club o la versión "malote" de Peter Parker, que es esencialmente igual que la de siempre, pero con flequillo.
Aunque no siempre acierta a la hora de plasmarlo en pantalla, Raimi acierta al detectar el sentido del humor como parte esencial del personaje en 'Spider-Man 3'
El problema de esas escenas, por otra parte muy propias del Raimi más descontrolado y que no extrañarán a quienes conozcan películas como 'Ola de crímenes... ola de risas' es que se ponen en marcha para justificar auténticas tragedias en las relaciones entre los personajes. Es decir, que no funcionan como chistes y encima desactivan el drama de las secuencias serias. Pero Raimi detecta acertadamente que el humor forma parte de la esencial del personaje, y de hecho esta es la entrega más ligera de todas. En ese sentido 'Homecoming' está mucho más equilibrada, porque su ligereza está en la propia médula espinal de la película, pero en 'Spider-Man 3' Raimi parece darse cuenta de que Spider-Man es un personaje con tendencia a la bufonada sin llegar a los extremos de un Deadpool (que en cierto sentido es un Spider-Man extremo). En ese aspecto la película entiende al personaje de Lee y Dikto como pocas.
La influencia en 'Homecoming': Ver hoy 'Spider-Man 3' es una experiencia ciertamente desconcertante. Conociendo el infierno de producción en el que se vieron envueltos los responsables no es de extrañar que saliera un film tan desequilibrado. Pero su condición de película más loca de la trilogía inicial sin duda impactó e influyó en 'Homecoming': no solo en el citado humor, sino también las peleas, acrobáticas e imposibles, y que el film de Jon Watts refina y hace suyas.
The Amazing Spider-Man (2012)
De qué va: El rendimiento de las películas de Raimi no parecía decaer lo más mínimo, pero hubo notorios problemas tras la tercera entrega y fuertes desencuentros ante imposiciones de la productora como la presencia de Venom, que Raimi detestaba por carecer de conflicto dramático. No sabemos que habría hecho el director en una cuarta entrega y si el nivel de demencia hubiera seguido escalando, pero Sony decidió reiniciar la franquicia.
Para ello contó con Marc Webb como director y con Andrew Garfield como nuevo Peter Parker / Spider-Man. El tono se volvió algo más serio, pero a la vez, los personajes ganaron algo de tridimensionalidad. Posiblemente lo más irritante de las dos entregas de Webb es la necesidad de que todo "encaje": los padres de Peter son ex-miembros de Oscorp, donde invariablemente trabajan este villano (el Lagarto) y de la siguiente entrega.
Nada queda al azar en 'The Amazing Spider-Man', todos los personajes están relacionados entre sí (hasta el interés romántico de Peter Parker, normalmente una amiga de otros ámbitos está vinculada a Oscorp) lo que da cierto aire de encorsetamiento a la película, y que llegará a extremos lindando con lo robótico en la secuela. Es una decisión que decididamente pone a las películas de Webb por debajo de las de Raimi.
El legado del Trepamuros: Sin embargo, es esa misma cuestión la que caracteriza a las dos 'Amazing', para bien o para mal. 'Amazing' nace en 2012, cuando el renacimiento del universo superheroico ya se ha producido: significativamente, toda la Fase Uno del universo cinemático Marvel tiene lugar entre la última película de Raimi y la primera de Webb, y el Batman de Christopher Nolan termina de convertirse en una institución audiovisual, y se nota.
'Amazing...' es más grave, más seria que la visión de Raimi. No pierde el tono ligero característico de Spider-Man al cien por cien, porque eso es parte nuclear del personaje, pero las bufonadas de Tobey Maguire en 'Spider-Man 3' quedan muy lejos. Es más, 'Amazing' intenta arrancar una franquicia, y de ahí la importancia de Oscorp como eje del mal y germen de villanos aquí y en el futuro. Este 'Amazing', aunque no lo consiga del todo, quiere ser una saga.
La influencia en 'Homecoming': Es indiscutible que 'Homecoming' tiene más en común con 'Amazing' que con la trilogía de Raimi. No solo está muy próxima en el tiempo, con las lógicas coincidencias estéticas, sino que ya no están planteadas como películas aisladas, aunque en el caso de 'Homecoming' esta cuestión está infinitamente más acentuada al estar inmersa en la continuidad de Marvel.
Aunque nadie les preste toda la atención que merecen, una de las mayores influencias de 'Amazing' en 'Homecoming' está en las secuencias de balanceo.
Pero hay otro aspecto que Homecoming le debe a 'Amazing' y son... las secuencias de balanceo. Puede parecer una tontería, pero son un aspecto absolutamente esencial de la franquicia, y 'Homecoming' hasta roba planos de las innovadoras escenas de balanceo concebidas por Webb: insertos en subjetivo, más realismo en los movimientos, uso más creativo de las redes... aunque la revolucionaria visión del balanceo moderno de Spider-Man se lo debemos a Raimi, hay una conexión estética indiscutible entre 'Amazing' y 'Homecoming' en ese tipo de escenas, que en el caso de Spider-Man son mucho más que una mera transición.
The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro (2014)
De qué va: La película más irregular y denostada de la franquicia es una interesante producción de acción superheroica cuyo principal delito es que sus problemas son muy obvios: esa obsesión por la interconexión entre todos sus elementos al estilo franquicia de manual se embrolla hasta un punto ridículo, con las tramas de Electro y los Osborn confluyendo de forma muy artificial. Una aparatosa llegada a un punto muerto que obligó al reinicio.
El legado del Trepamuros: 'El poder de Electro' es una película muy similar a la primera 'Amazing' en todo, solo que peor tejida. Su intención de crear franquicia es aún más acusada y artificial, como demuestra su conclusión. También es una de las películas más tristes y dramáticas de Spidey, que deja casi de lado todo su humor para centrarse en una tragedia personal y heroica en su conclusión que no por salir casi directamente de uno de los comics es menos impactante.
La influencia en 'Homecoming': La sofisticación de las secuencias de acción se acentúa, y encontramos alguna set-piece realmente afortunada, con la acción congelándose como en espectaculares viñetas, y distanciándose de los ruidosos embrollos hiperkinéticos de Raimi. 'Homecoming' sigue bebiendo directamente de ahí: la influencia de combates como el de Spider-Man contra Electro en Times Square, con su acción segmentada en etapas, se puede detectar de nuevo en 'Homecoming'.
Curiosamente, 'El poder de Electro' es una película que Sony posiblemente no tiene intención de replicar, y es una de las posibles razones por las que haya claudicado y cedido momentáneamente su valiosa propiedad a la división cinematográfica de Marvel para que lo conviertan en parte del universo Vengadores. Y sin embargo, visualmente, sus trabajadas secuencias de acción son más que detectables en escenas de 'Homecoming' como la del obelisco en Washington.
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