Brad Pitt es una superestrella que siempre quiso ser actor secundario impredecible. 'F1: La película' está hecha a su medida

Brad Pitt es una superestrella que siempre quiso ser actor secundario impredecible. 'F1: La película' está hecha a su medida

De manera intencionada o no, Sonny Hayes acaba reflejando parte del camino que le llevó al Oscar

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Brad Pitt F1 La Pelicula 2025
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Pedro Gallego

Editor

En los últimos años se ha terminado gastando mucho la coletilla de “no es un actor estrella, es un actor de carácter con aspecto de estrella” para intentar justificar los intentos fallidos de algunos actores por serlo, así como dar una escapatoria para jóvenes actores para no quedar atrapados en franquicias pobres y poder arriesgar. Como cualquier narrativa que se repite hasta la saciedad, termina perdiendo significado, pero se repite porque alguien como Brad Pitt supo convertirlo en su mantra para llegar a su éxito actual.

Para la mayoría no hay duda, Pitt es una superestrella de cine y se ha conseguido tanto por esfuerzo de los estudios en aprovechar su carisma y atractivo aspecto como por algo que ha buscado el propio actor en su época dorada. También es alguien que ha perseguido trabajar con los mejores cineastas, hasta el punto de montar una productora de tamaño modesto que le permita sacar sus proyectos sin tener que protagonizarlos, y ha tomado riesgos que le han llevado a estirar demasiado sus capacidades actorales. Y no ha dudado en ser estrella de apoyo tanto para veteranos como para compañeros de generación, haciendo de esto su modus operandi para acabar alcanzando el Oscar como actor secundario en ‘Érase una vez en… Hollywood’.

No es que haya renunciado precisamente al liderato de determinadas películas de carácter blockbuster, y ‘F1: La película’ ha sido un buen ejemplo de ello. Una película clásica y elemental hasta el extremo, inyectando adrenalina a través de la fórmula del drama deportivo y la espectacularidad de la conducción. Es un prototipo de cine espectáculo marca Jerry Bruckheimer que no tiene excesivas complicaciones y un disfrute evidente, aunque de medida variable según el espectador. Al mismo tiempo, está bien moldeado a la imagen de su estrella en la actualidad.

La historia de ‘F1’ destaca por su adherencia al modelo básico del film de carreras, aunque está enfocada en una dirección muy coherente con un actor que no le importa jugar en equipo, a pesar de que su reputación de temerario le hace parecer un lobo solitario. Sonny Hayes recibe una inesperada segunda oportunidad para triunfar en el escenario más alto, pero en lugar de imponer su posición a codazos vemos todo el rato cómo está aprovechando su excentricidad para llevar al equipo y sus componentes a un nivel de confianza necesario para llegar al objetivo.

Es obvia la distancia entre Pitt y su personaje en la medida de que el actor siempre ha contado con suficiente nivel de fama para no caer en el relativo anonimato que tiene el piloto, y los dramas personales de este último acaban comentados en mayor medida que los aspectos más truculentos de la vida de la estrella. Más allá de eso, el pasado como “golden boy”, la voluntad de tomar riesgos tomando el volante y más trazas de su pasado conectan con alguien que, entre movimientos seguros como ‘Siete años en el Tibet’, se aliaba con David Fincher o buscaba pasarse de rosca con sus papeles en ‘Doce monos’ o ‘Snatch. Cerdos y diamantes’ (con resultados dudoso aunque en cierta medida estimables).

‘F1’ y Brad Pitt: el temerario con objetivo

F1 La Pelicula 2025 Brad Pitt

A partir de aquí spoilers de ‘F1: La película’

El Pitt más reciente también se aproxima a lo que busca el crepuscular Sonny Hayes, con un carisma tan potente como también alienante, sobre todo a quien le toca vivirlo de cerca. Pero en lugar de ansiar protagonismo, se centra en lograr aquello para lo que le han traído, que es la victoria que engrandezca el colectivo y de a su escudería un año más. Y esto incluye subirles la moral tratándolos con más cercanía que la que suelen hacer los pilotos de este deporte, y también salirse un poco de los moldes tradicionales.

Esto incluye su relación con el piloto joven y prometedor que interpreta Damson Idris, al que trata de espolear para que alcance su potencial aunque sea sin comunicárselo directamente (la masculinidad es incompatible con hablar las cosas, por lo visto). Hayes no le importa dejar que su compañero tenga el protagonismo y la gloria porque él tiene otras áreas donde poder ayudar, y también porque sabe que su futuro y su presente cada vez están más solapados.

Aun así, como peli estupendamente viejuna que es ‘F1’, se le acaba dando el último momento de gloria a Sonny Hayes como agradecimiento a los servicios prestados y respeto a una leyenda de la industria. Un poco lo que está suponiendo el éxito comercial de la película para un Pitt que ya no persigue tantos pelotazos, pero claramente no le va a hacer ascos a uno más. No es que el trabajo actoral del mismo sea de los más exitosos o icónicos que vamos a tener en su carrera, pero lo que es seguro es que aquí ha encontrado una película capaz de resumirle a ojos de todos sobre qué tipo de estrella es realmente a estas alturas de la carrera.

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