'Ant-Man y la Avispa: Quantumanía' está pagando los platos rotos de la estrategia de Disney, a pesar de tener justo lo que le hace falta a Marvel en su fase 5

'Ant-Man y la Avispa: Quantumanía' está pagando los platos rotos de la estrategia de Disney, a pesar de tener justo lo que le hace falta a Marvel en su fase 5

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Antman And The Wasp Quantumania

A pesar de que las opiniones de los compañeros de Espinof, e incluso Xataka, han sido positivas, y destacan valores de 'Ant-Man y la Avispa: Quantumanía' que saltan a la vista después de haberla visto, no parecen encontrarse entre la opinión dominante de que la película es un mejunje que no satisface a los fans de Marvel que han venido llenando las salas con ilusión en cada nuevo estreno-evento, con unos porcentajes de críticas positivas muy pobres, que se acercan a lo visto en ‘Eternals’.

Lo que en aquella situación pudo interpretarse como una muestra de que Marvel también puede ser falible, en esta se dirime como una expresión de agotamiento de la fórmula en el que se están reflejando frustraciones acumuladas con las películas del MCU y una carencia de la misma magia que se vivió en la primeras tres fases del proyecto de la empresa de Disney. Entrar a analizar ahora los por qués de la evaporación de su mojo nos sacaría de la cuestión más importante, que es que esta nueva película es más una víctima que una culpable.

La opinión como castigo del desencanto acumulado

Y llama la atención, porque la respuesta del desencanto con Marvel está siendo bastante más agria en redes sociales, donde muchos usuarios han esgrimido el machete con saña, aprovechando que el cervatillo está herido, para verter las cantidades de bilis acumulada sobre el largometraje, en un fenómeno social bastante curioso que ocurre cuando algo muy popular de pronto muestra una debilidad —en este caso que hay suficientes críticas negativas como para apuntarse sin consecuencias— como para subirse a un carro de opinión a modo de “castigo”.

Desde luego, hay un peaje a pagar para entrar en ‘Quantumania’, y es que, efectivamente, cae en los mismos problemas de producción de Marvel y las series de Disney+ en los últimos años. Cuestionamientos muy relacionados con el resultado visual de su uso estándar de la iluminación, el croma en pantalla verde o el abuso de un CGI apresurado que aquí deslucen diseños bastante imaginativos. Y luego está, claro, la sensación de estar viendo un episodio de una serie más larga, con villanos que servirán para tramas más extensas y personajes que se entrecruzan con otras películas y series.

Quantumania

Lo gracioso es que la reacción venga justo ahora, en una película que cumple perfectamente como entretenimiento ligero y espectacular, con una atolondrada y trepidante actualización de ‘Viaje Alucinante’, llena de paisajes lisérgicos, criaturas con alma freak, personajes dignos de cantina de ‘Star Wars’, muchísimas ganas de divertir y un compromiso con la aventura por la aventura siempre ocurrente y con humor absurdo. Además consigue comprimir en dos horas lo que muchos blockbusters tienden a explicar en casi 3. Es decir, todo lo contrario de ‘Wakanda Forever’.

La política de producción de Disney: sospechosa habitual

Aquella cuenta con un 84% de críticas positivas en Rotten Tomatoes y más de 90% de valoración del público. Una película que era un gran funeral, deslavazada, pocha y con tropezones de solemnidad que no se acercaban demasiado a lo que se supone que es una adaptación de un cómic. Y esto no hace sino reforzar la idea de que igual la crítica está buscando Santos Griales en un género que no deja de ir de frente y cuando cambia el tono tiende a premiarlo porque parece que en el fondo guardan una esperanza de que Marvel se convierta en ‘Alcarrás’.

Pero si nos atenemos a los principales problemas con la compañía en los últimos años, es cierto que todas sus obras son, en mayor o menor medida, culpables o víctimas del mismo proceso de manufactura, una carencia de mimo y personalidad en la dirección que pasa por el mismo origen de ‘Ant-Man’, de la que Edgar Wright tuvo que salir por no poder hacer su película, un problema que hemos pasado por alto mucho tiempo, pero que cada vez es más evidente, especialmente cuando vimos cuatro series y dos especiales solo en 2021 en televisión, además de tres grandes películas.

Antman3

Hagamos memoria para llegar a 2015-2019, cuando una trilogía como la nueva de ‘Star Wars’ requería dos años entre cada estreno, y aun así hubo algunas perturbaciones en el resultado que la saga sigue pagando. Y es que el principal problema de Marvel es la sobrexplotación en poco tiempo, algo que no es un rasgo de su marca, sino que se ajusta a todos los productos Disney, especialmente los de la saga galáctica de Lucasfilm. No hay que ser ciego para no ver los paralelismos con el cambio de directores en ‘Han Solo’ y, por ejemplo, ‘Doctor Strange en el multiverso de la locura’.

Nunca ha sido un caso aislado

No es que ambas películas no sean extremadamente divertidas, pero quizá no era lo que tenían planeados los directores originales, lo que hace que todo tenga un tono homogéneo: mezcla de humor, acción y dramatismo sin consecuencias reales muy adecuado para que el contenido no desentone en el catálogo seguro para los padres preocupados de Disney+, que es uno de los acicates de esta transformación en el mismo producto pasteurizado de dos de las propiedades de entretenimiento que manejan a cultura actual.

Y como una máquina de churros, todos acaban pareciendo lo mismo. Pero esto no es algo nuevo, no es algo que nos pille de sorpresa, o al menos no debería cuando se ha ido comentando en estrenos que fueron muy celebrados y recibidos con las manos abiertas. No hay un punto claro en el que podamos ver cómo sucede esto, pero ya en las dos primeras películas de la trilogía ‘Spider-Man’ saltaba a la vista con la introducción de Tony Stark como presentador invitado de un personaje que debería haber tenido su autonomía desde un principio.

Tony

Tampoco es cuestión solo del MCU, ya que, aunque en series como ‘She-Hulk’ nos ha llamado la atención la mala calidad del cgi, no se puede decir que no se hubiera avisado de la atrocidad de los deepfakes en la temporada 2 de ‘The Mandalorian’, pero había que aplaudir porque “Luke Skywalker”.  Por no entrar en la dependencia a los cameos de ambas sagas, llevado a lo ridículo en ‘El libro de Boba Fett’, otra serie, como ‘Obi-Wan’, que usa y abusa de la tecnología stagecraft para que todo sea una misma masa en la que no sabes si estás en tatooine o en uno de los planetas que visita ‘Loki’. Pero todo bien porque “Baby Yoda”.

El problema del Stragecraft

Uno de los daños colaterales de la tecnología volume es que está acabando con la creatividad del lenguaje cinematográfico en las películas y series de Marvel y Star Wars. Se abraza como una gran innovación, pero lo cierto es que es un método para abaratar producción, evitar visitar localizaciones y rodar todo en cajas de zapatos que están limitando movimientos de cámara, oportunidades de encuadre, improvisación en los escenarios de rodaje y una dependencia que se traduce en un holocausto de los planos medios y de situación.

En todas las películas Marvel hay una gran abundancia de primeros planos que se cortan a planos generales espectaculares, pero el efecto es el de ver una serie de televisión, con cámara de plano, contraplano y una lateralidad teatral y la sensación de que todo es artificial, poco creíble, perezoso incluso. Está claro que más tiempo de producción podría solucionar estos problemas, y eso es algo que Kevin Feige parece haber comprendido, hacen falta más meses para trabajar bien las nuevas películas y el ritmo de estrenos está obligando a este régimen de producción.

Quantumania2

Y, claro, ‘Quantumania’ no es ajena a estas consecuencias, pero tampoco significa que sea una mala película, más bien todo lo contrario. Es un revulsivo perfecto a las duraciones de ‘Eternals’ y ‘Wakanda Forever’, cuyo tono estaba arrastrando a Marvel a un pozo de gravedad indolente. Empezando desde el principio a toda velocidad, la película de Peyton Reed se envuelve del espíritu del Joe Dante de ‘El chip prodigioso’, ofreciendo un viaje psicodélico en un mundo de color voluble que recupera el cine de peripecia de ciencia ficción vintage con espíritu del cine de Kevin Connor y otras adaptaciones de Edgar Rice Burroughs, como la saga ‘John Carter’.

El chivo expiatorio equivocado

El viaje del hombre hormiga recupera la fascinación ingenua por mundos alternativos de ‘Tron’, con la idea de space opera del ‘Flash Gordon’ de Mike Hodges y el humor de anatomías weird de ‘Futurama’, incluso con un sistema de conducción, “penetrando” con las manos en ciertos orificios que recuerda al ciberpunk neocárnico de David Cronenberg. Y todas estas ideas locas, aparecen en una plantilla muy afín al tipo de cine que hacía Disney de los 60 a los 80, con padres e hijos en situaciones extraordinarias, incluso el cine de Robinsones, como se proponía también en la serie ‘Perdidos en el espacio’, aquí reinterpretada como un viaje de setas en familia.

Desde luego, esta sensibilidad pulp y de serie B quizá no es para todos los gustos, por lo que igual los equivocados somos lo que esperamos este tipo de diversión idiota y llena de imaginación. Pero algo que Marvel si está haciendo bien es que no olvida que el alma de sus películas está en los personajes y esta funciona gracias al carisma de Paul Rudd, impecable proyector del humor blanco marca de la casa, inyectando optimismo y química con Kathryn Newton que convierte la película en una feel good movie de vocación naíf y autoconsciente. Además, la aventura regala grandes momentos a Michelle Pfeiffer y Michael Douglas —tremendo momento en el que reclama quien es el hombre hormiga— y Jonathan Majors consigue que nos creamos su Kang, al menos en este “episodio” de la serie Marvel.

quantumania

Es difícil comprender por qué ‘Quantumania’ ha sido elegida como el chivo expiatorio contra una política que no tiene defensa por sí misma, quizá esa reacción es fruto de no haber asimilado esos problemas enquistados o no haber sido consciente de las limitaciones del gigante del entretenimiento desde hace mucho tiempo, pero mientras haya otras opciones para otros paladares como ‘Top Gun: Maverick’, ’Ambulance’ o ‘Todo a la vez en todas partes’, tan solo es cuestión de aceptar el MCU como lo que es: una alternativa más, no las películas que hay que ver por miedo a no ser parte de algo más grande.

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