'30 monedas', más adictiva que nunca en su temporada 2. La épica serie de Álex de la Iglesia para HBO regresa cambiando el terror por acción y mucha locura

'30 monedas', más adictiva que nunca en su temporada 2. La épica serie de Álex de la Iglesia para HBO regresa cambiando el terror por acción y mucha locura

Najwa Nimri y Paul Giamatti dan nuevos aires a 8 episodios entretenidísimos pero faltos de monstruos

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30 monedas temporada 2

La temporada 2 de ’30 monedas’, de estreno el 23 de octubre, es un trepidante retorno de la serie de terror de HBO Max, que ahora sale del pequeño pueblo castellano de la anterior para desparramar su trama con más personajes e intrigas de conspiración mundial. Un potente regreso de Álex de la Iglesia que lleva su crisis bíblica hacia nuevas direcciones, con tanta escala y acción hasta donde llega la imaginación, aunque por el camino se pierden el terror y los monstruos que le daban su identidad.

En los ocho nuevos episodios salimos fuera de Pedraza para enlazar en el momento posterior al gran ritual del último episodio de la anterior, donde nos encontraremos con conspiraciones mundiales, luchas de grupos de poder motivados por la cantidad de monedas de Judas que poseen, en una pelea internacional que se torna en un trotamundos trepidante en donde no hay ni un minuto para tomar aire, desde psiquiátricos con experimentos a fugas y persecuciones por las calles de Madrid.

En esta ocasión los capítulos tienen una edición mucho más ágil, apenas un par llega a los 50 minutos, en contraposición a los de una hora de la anterior, lo que hace a esta temporada más adictiva y sin relleno. La gran diferencia con la previa es que ahora no tienen ese espíritu autoconclusivo de antología de horror sino que siguen la misma trama de forma más magra y fluida, hay muchos grupos de personajes diferentes y la narración va saltando de unos a otros de forma vertiginosa. Una huida hacia adelante de los eventos pasados que no se lo piensa dos veces en redefinir el papel de los protagonistas y villanos a nivel de un cómic de Vértigo.

El cielo es el límite

Las distintas líneas narrativas se mueven hacia algo mucho más grande con un ritmo envidiable, aunque los dos primeros episodios son un primer acto que tiene que resolver muchas situaciones del cliffhanger previo, pero plantea una temporada más enfocada a la acción y las luchas de poder. En ese tramo inicial no pierde de vista el gore, los rituales de magia negra grotescos y los mundos alternativos y del sueño. Tampoco faltan los seres diabólicos propios de Clive Barker y hasta recreaciones de ‘El jardín de las delicias’.

Probablemente lo mejor de la temporada sean sus visiones infernales, en las que Álex de La Iglesia muestra un hades grotesco pintado mano a mano por El Bosco y Zé Do Caixao. En el resto de episodios tampoco se abandona del todo ese mundo de partos grotescos en pisos sórdidos, conjuros con cientos de gusanos, fetos resecos y zombies, pero dentro de un tono más épico, menos siniestro e impredecible que da lugar a más escenas de acción descontrolada y la locura en donde todo puede pasar.

30 monedas

El público más generalista puede apreciar más este juego de géneros, pero lo cierto es que se echan bastante en falta los ecos a Carpenter, las nieblas, las claves inquietantes de la banda sonora de Roque Baños, las criaturas lovecraftianas, los conjuros impíos, los demonios, las mutaciones sin explicación y otros seres impredecibles que hacían de la primera temporada algo único en el panorama europeo. Ese sacrificio deja espacio a la segunda temporada para desarrollar su propia identidad, pero da la impresión de que la serie es un juguete para que el director meta todo lo que le apetece.

Más impredecible y loca, poco terror

’30 Monedas’ es ahora un lienzo en blanco en donde caben las historias más pulp de James Bond, retornos del autor a su universo fronterizo y de santería de ‘Perdita Durango’, y todo tipo de variaciones literales de la cienciología a lo Hubbard que te mezclan la obra de Abdul Alhazred con ‘Ultimátum a la tierra’. Un pastiche folletinesco en el que las monedas son ahora reliquias de poder, menos místicas y más gemas del infinito, donde sigue habiendo estallidos de violencia y sangre, doppelgangers, alianzas y traiciones impensables y la colisión entre religión y ciencia.

La incorporación de Paul Giamatti es un acierto, se lo pasa bien y se nota, no tanto así el personaje de Najwa Nimri, que está un poco desaprovechado, y compensan el papel menor de Vergara en esta temporada. Por otro lado hay extensiones inesperadas que han sentado muy bien a Merche, con una Macarena Gómez nacida para hacer de villana, o a Pepón Nieto, que sigue en su sociedad con Antonio y serán claves para la lucha entre el bien y el mal que se desatará. Es mejor no desvelar demasiado de la trama, ya que sube y baja por distintos países, siempre en alto, guardándose sorpresas importantes que tendrán importancia en la tercera y última temporada.

Giamatti

Puede que ’30 Monedas’ encuentre un nuevo público en este nudo dirigido hacia el espectáculo, aunque los mismos que notaron carencias de producción en la anterior tendrán que esforzarse para transigir con efectos especiales digitales limitados, cuyo mayor problema es tratar de abarcar más de lo que pueden permitirse, pero igualmente, es muy fácil dejarse llevar y disfrutar con sus lluvias de balas, decapitaciones y hechizos sagrados. Todo un viaje que deja otro gran cliffhanger final a resolver en nuevos episodios, esperemos que estos sepan volver a las raíces más tenebrosas que asociaban el título con el terror.

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