Y esto llegó a su fin. Era el momento en el que el jurado del certamen tomaba protagonismo y, como viene siendo tónica habitual, lo hicieron más de la cuenta. Aunque sin querer ser demasiado duro, lo cierto es que al menos algunos de los premios no son demasiado injustos. Se ha alzado con el Giraldillo de Oro la cinta ‘Lourdes’ de Jessica Hausner y el Giraldillo de Plata para ‘Nothing Personal’ (que también se alza con el premio de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía). Quizás hubiese sido más justo (según mi criterio) invertir estos dos premios, pero no nos podemos quejar en este sentido (aunque se hayan olvidado de la estupenda ‘In the Loop’).
Hoy, Nicholas Roeg, el presidente del jurado, ha leído los galardonados entre el entusiasmo de alcanzar el final del Festival, y entre ellos, tan sólo sorprende un título que había cosechando numerosos ronquidos durante su proyección, pero que parece a algunos les entusiasmó sobremanera (y aunque no me dormí reconozco que tuve que esforzarme). Se trata de ‘Transmission’ del húngaro Roland Vranik que se ha llevado el premio a la mejor dirección. Esa era la principal sorpresa que nos han deparado los premios.
El resto de galardones han ido a parar a ‘44 Inch Chest’ de Malcolm Venville, que se lleva el Premio Especial del Jurado, ‘Garbo, el hombre que salvó al mundo’ el Giraldillo de Oro a la mejor película documental, ‘Tears of April’ el premio Eurimages y el Gran Premio del Público ha recaído en ‘Un profeta’ de Jaques Audiard. El Premio del Jurado Joven ha sido para ‘Transmission’ y el gran Nicholas Roeg en un arrebato de veteranía (o quizás de chochez) se ha sacado de la manga un inesperado galardón, el Premio Extraordinario del Presidente del Jurado, que se lo ha otorgado a ‘Pipilotti’.
En conclusión, el Festival ha echado su cierre, aunque en estos momentos la fiesta de clausura aún tiene unas horas por delante, y nos despedimos con un cierto sabor a decepción en la selección de títulos de la sección oficial. Una decepción que se ha tornado casi surrealista por el nivel de algunos títulos que no merecían tanto honor, aunque también se han podido disfrutar de algunas de las mejores películas europeas del año, que se cuelan en la selección EFA y en las categorías de documentales, que han logrado elevar el ánimo de prensa y público.
Esperamos que el certamen siga creciendo, trayendo a grandes figuras del cine, pero sobre todo centrándose (y autoconvenciéndose) para lograr ser un festival mucho mejor, con más devoción por lo mejor del continente y olvidar el toque taurino (con mis respetos).
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